Por las calles

BAIRES EN COLECTIVO

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Hoy: Línea 184

“Anda nomás”. Mediante estas dos palabras, el empleado de la línea que cumple funciones en la terminal de Chacarita, le explica al chofer del interno 3679, que debe partir. Falta aproximadamente un cuarto de hora para que sean las seis de la tarde de un miércoles de septiembre. El conductor se despide de su compañero con un sencillo “bueno”, pone primera y avanza por la Avenida Corrientes, con el objetivo en Federico Lacroze, donde doblará hacia la izquierda pasando junto a la histórica pizzería El Imperio de la Pizza. En la puerta del local, un sonriente Carlitos Balá concita miradas y recuerdos. Claro, no es sino la colorida estatua en tamaño natural del célebre humorista, realizando su “gestito de idea” con la mano izquierda, mientras en la derecha porta tres cajas de cartón con la inscripción del negocio.

En el interior del vehículo, los pasajeros tienen la dicha de viajar sentados, aunque pronto se notará que dos de ellos –así como tantas otras personas en determinadas circunstancias- eligen permanecer parados en la parte central del colectivo. Apenas una o dos paradas después de la cabecera, antes de llegar a la calle Charlone, se incorpora de su asiento el primero de los pasajeros. Toca timbre e instantáneamente un letrero electrónico se ilumina: “Parada solicitada”. Asimismo, son tres los que ascienden al rodado.  En la parada siguiente  -Álvarez Thomas-  suben otros tres.

Una vez que cruza esta avenida, el 184 ya se encuentra en Colegiales, si bien los aspectos de uno y otro barrio, no presenta grandes diferencias, al menos en lo que respecta a una Federico Lacroze provista de un amplio abanico comercial tanto de una mano como de la otra. Las calles van quedando atrás: Delgado, Enrique Martínez, Conde… La cantidad de verdulerías llama la atención. En tan solo una cuadra, entre Conde y Freire, hay tres. Dato curioso: dos de ellas están, literalmente, una al lado de la otra; y la tercera, enfrente, casi a la misma altura.

En Ramón Freire, el chofer hace uso del giro a la izquierda permitido y, habilitado por la luz de la flechita verde, abandona Lacroze. Ni bien lo hace, se detiene en otra parada, en la cual tiene lugar un importante ascenso de pasajeros. Los dos muchachos que estaban parados se disponen a sentarse, quizás, temiendo que el colectivo se llene a la brevedad.

La pantalla de entretenimientos dispara una trivia que tiene que ver con los arroyos que corren por Buenos Aires en modo subterráneo. Hay opciones y una respuesta que se conoce segundos más tarde: el Maldonado. La impresión, es que nadie le prestó mucha atención al juego.

La marcha por Freire es ligera, hasta que al superar la esquina de Virrey Olaguer y Feliú, el conductor se ve obligado a aminorar la velocidad. Una congestión se avizora pocos metros más adelante, a la altura del 1500. ¿Qué sucede? La Avenida Elcano tiene una cuadra cerrada al tránsito desde hace meses, casualmente, por obras en otro arroyo subterráneo, el Vega. En consecuencia, el 184, al igual que los demás vehículos (incluidas otras dos líneas de colectivos) no pueden girar a la derecha, debiendo continuar unos cien metros más y hacerlo en la (por momentos, colapsada) Avenida de los Incas.

Justo antes de que la unidad ingrese en la zona indeseable, un pasajero desciende. Los que siguen a bordo deben armarse de paciencia, a la espera de salir rápidamente del embotellamiento.

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