Hoy: Línea 128
El clima pesado de un mediodía de fines de enero se siente en el cemento porteño. En Maza y Carlos Calvo, el 128 recoge pasajeros y continúa con su trayecto por el barrio de Boedo. Aunque sólo será por un par de cuadras, ya que estará en Almagro ni bien cruce la Avenida Independencia.
Un vendedor ambulante ofrece su mercadería: “Solo cien pesitos nada más. Si quieren cambiar los colores… manos libres, estéreo, a toda prueba”, afirma con la soltura propia de los que llevan años en el rubro. La temperatura de un verano sofocante podría ceder si prospera la llegada de una esperada lluvia. Una señora le pregunta a través del teléfono celular a su interlocutor: “¿Llueve por ahí?”. En el recorrido del 128 por Maza, han caído algunas gotas (muy pocas), todavía, sin hacer que cese la pesadez y se instale el fresco deseado por más de un porteño que pasa enero en Buenos Aires.
Arriba del vehículo no hay lugares para sentarse. En ese marco, se da una imagen no tan usual: en uno de los asientos individuales viajan una mujer y un bebé, pero no se encuentran en la parte de adelante del colectivo, sino del medio para atrás.
El chofer toma Agrelo, doblando a la izquierda; dos cuadras después, gira a la derecha en Colombres, cuyo trazado, al atravesar la Avenida Rivadavia, se transforma en Salguero. En esta calle, sobre mano derecha, una carnicería –cartelera mediante- da a conocer sus precios al público. Por ejemplo, dos kilos de asado, en el local, cuestan 599 pesos; dos kilos de vacío, 699.
En la fila de asientos dobles, dos chicas de unos veinte años conversan sobre sus cosas. Una de ellas, la que está junto a la ventana, tiene las uñas llamativamente largas. El colectivo pasa por la Plaza Almagro y, en un viaje desprovisto de demoras de tránsito, pronto llega a la Avenida Corrientes, donde los pasajeros que descienden, son más que los que suben. No obstante, el interior de la unidad sigue sin presentar asientos desocupados.
Un voluminoso restaurante/confitería ocupa una de las esquinas de Corrientes y Salguero. A centímetros de parada del 128 y otras líneas, una lista de precios perteneciente a dicho negocio, indica que el costo de una docena de “facturas clásicas” es de 320 pesos.
El conductor gira a la derecha y el vehículo, se entremezcla con el tránsito de Corrientes.