Línea 64 (II).
Prosigo relatando las alternativas de mi viaje a bordo del 64. Por Luis María Campos, al cruzar Dorrego, del lado derecho observo la hermosa torre redonda construida entre 1968 y 1971. Tiene treinta pisos y es, junto al denominado “rulero” de Carlos Pellegrini y Libertador, el único edificio de ese estilo que conozco en Buenos Aires. Al llegar a la intersección con Avenida Santa Fe, a la izquierda, vemos la pequeña Plaza Falucho, con el monumento que homenajea a ese soldado de la comunidad negra, reconocido como héroe de la Independencia Argentina. Inaugurado en 1897, fue ubicado en su actual emplazamiento en 1923.
Sobre la derecha se encuentra la terminal de la Línea 12, en un pequeño garage con entrada por Santa Fe y salida por Luis María Campos. A mi entender esta línea debería haber prolongado su recorrido hacia la zona de Colegiales, ya que desde la desaparición de la Línea 94, en 1978, no hay ningún colectivo que viniendo por Federico Lacroze doble por Cabildo hacia la zona de Pacifico. Ese mismo criterio podría haberse aplicado para la Línea 95, cuya terminal se halla en la esquina de Santa Fe y Arévalo, junto a la estación Carranza del Ferrocarril Mitre.
Ya girando por Santa Fe, el 64 toma por el carril del Metrobus. Se observan a la izquierda los cuarteles del Regimiento de Patricios, inmediatamente se cruza bajo el puente del Ferrocarril San Martin y tenemos la intersección con el Metrobus de Avenida Juan B.Justo. A las pocas cuadras está, a la izquierda, la Plaza Italia con el imponente monumento a Garibaldi (inaugurado en 1904), la entrada del predio de la Sociedad Rural Argentina, el Jardín Zoológico -actual Ecoparque- y el Jardín Botánico, sobre la Avenida Santa Fe de doble mano, y habiendo terminado el Metrobus.
A la derecha hay una gran cantidad de edificios en torre y a medida que nos acercamos a la zona del Alto Palermo Shopping, va aumentando la cantidad de locales comerciales de diversos rubros, especialmente, los de indumentaria. Al cruzar Coronel Díaz y mientras nos acercamos a Pueyrredon se empieza a complicar el transito, como consecuencia de la lentitud del giro a la derecha que también hace el 64, ya sobre esta avenida, también de doble mano y con un flujo intenso de autos y colectivos, especialmente desde Córdoba hasta Plaza Miserere.
A partir de Lavalle se observa en ambas veredas una gran cantidad de negocios, pues entramos en la zona popularmente conocida como El Once, donde además se ha ubicado, en los últimos años, gran cantidad de manteros que dificultan enormemente la circulación peatonal. En la parada de la estación del Ferrocarril Sarmiento, entre Perón y Bartolomé Mitre, ascienden y descienden numerosos pasajeros. Y luego, al atravesar Rivadavia, sobre Avenida Jujuy, de inmediato doblamos a la izquierda por Hipólito Yrigoyen. Entonces cambia abruptamente el escenario, ya sea por el tipo de comercios como por la edificación. Esto ofrece la impresión de haber entrado a otra ciudad, situación que de acuerdo a mi punto de vista, se observa en toda la extensión de Rivadavia, conocida tradicionalmente como la avenida más larga del mundo, con 35 kilómetros de longitud entre Plaza de Mayo y la localidad de Merlo, Provincia de Buenos Aires. Esta avenida, por otra parte, tiene la particularidad de ser, junto a Río de Janeiro, Avenida La Plata, Warnes, Estado de Israel y Avenida de los Constituyentes, una línea divisoria en la cual las calles cambian de nombre al cruzarlas.
Prosiguiendo por Hipólito Yrigoyen, en la intersección con Pasco, vemos a la derecha, la plaza 1 de Mayo, inaugurada en 1928. Este sitio fue un antiguo cementerio disidente hasta 1891.
Andrés Rosen.
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