Hoy: Parque Lezama.
Delimitado por las avenidas Brasil, Paseo Colón, Martín García y la calle Defensa, el parque se ubica en el barrio de San Telmo, en un sector fronterizo en el cual este barrio limita con otros dos: La Boca y Barracas. El predio posee un diseño irregular sobre una de las barrancas naturales que marca el antiguo margen del Río de la Plata. De acuerdo a algunas fuentes, este fue el sitio donde Don Pedro de Mendoza fundó el primer asentamiento porteño, en febrero de 1536.
Su superficie es de 45.641 metros cuadrados, por lo tanto, se trata de uno de los espacios verdes más grandes de la Ciudad. Los terrenos sobre los cuales se halla asentado, fueron repartidos por Juan de Garay en 1580, tras la segunda fundación de la aldea. Mucho después, a principios del siglo XIX, la zona comenzó a popularizarse como lugar de vacaciones, por lo que muchas familias distinguidas adquirieron terrenos e hicieron las primeras quintas.
Luego de sucesivas ventas, el predio fue comprado en un remate público por el comerciante inglés Daniel Mackinlay, quién construyó una casa, creó una huerta y plantó árboles frutales en el que sería su sitio de descanso en las afueras de la ciudad. Los porteños la denominaban “Quinta de los Ingleses”. Finalmente fue adquirida en 1846 por Charles Ridgley Horne, norteamericano -cuñado del General Juan Lavalle-, quien compró algunos terrenos vecinos, amplió el parque y edificó una mansión más distinguida.
Horne efectuó su venta desde Montevideo, ya que debió exiliarse al caer Juan Manuel de Rosas. La propiedad pasó entonces a manos de José Gregorio Lezama en 1857, un terrateniente salteño que la transformó en uno de los lugares más bellos de Buenos Aires. Lezama era aficionado a la botánica y contrató al paisajista belga Charles Vereecke quien diseñó caminos y senderos, colocó esculturas, monumentos, copones y bancos de mármol. Además trajo ejemplares de árboles, flores y plantas exóticas de todo el mundo.
Un año más tarde, durante la epidemia de cólera, en el actual Parque Lazama funcionó un centro para albergar a los enfermos.
Con Lezama ya fallecido, su esposa Doña Ángela de Álzaga, en 1889 decidió vender la quinta a la Municipalidad con la condición que fuera destinada a un espacio público y que llevara el nombre de quien fuera su marido. En consecuencia, en 1894 se creó el Parque Lezama. Un par de años más tarde, en 1896, el Director General de Parques y Paseos Charles Thays proyectó allí caminos, plantaciones arbóreas y una rosaleda, entre otras intervenciones.
En 1897, la elegante casona se destinó a sede del “Museo Histórico Nacional” cuyo patrimonio incluye objetos relacionados con la historia prehispánica de Sudamérica y el actual territorio argentino, la Revolución de Mayo, la Guerra de la Independencia Argentina, la Guerra de la Triple Alianza y el Centenario argentino, entre otros hechos y momentos de nuestro país. A continuación, la zona se transformó en el clásico paseo de la clase alta. En aquel entonces su ingreso era por la esquina de Defensa y Brasil y reja perimetral separaba el predio del exterior. Muchos más adelante, en 1931 la reja sería quitada y el acceso quedó completamente libre.
En 1914, durante la intendencia de Benito Carrasco, se construyó un auditorio musical para seis mil espectadores, sobre la calle Brasil, aprovechando el desnivel del terreno. En un principio tuvo tribunas de madera, que después fueron sustituidas por instalaciones de cemento revestidas en adoquines. Eran catorce escalinatas distribuidas en toda la extensión del anfiteatro.
En Defensa y Brasil se encuentra el monumento a Don Pedro de Mendoza, obra de Juan Carlos Oliva Navarro, inaugurada el 23 de junio de 1937. La estatua de bronce, cuenta con un muro revestido de mármol y bajorrelieves representando una figura indígena. Uno de los bajorrelieves, lleva grabados los nombres de todos los integrantes de la expedición que arribó a Buenos Aires en 1536. Pedro de Mendoza aparece clavando la espada en el suelo como símbolo de la toma de posesión de las tierras.
Más allá de las mencionadas estatuas, existe una gran variedad de monumentos y extenso arbolado compuesto por 8070 árboles, de 173 diferentes especies. Y como suele ocurrir en todo espacio verde importante, el Parque Lezama también tiene su calesita. En este caso, la misma está en Defensa y Martín García, y fue construida en 1960.