En esta oportunidad, decidí dirigirme al barrio de Villa del Parque y suspender momentáneamente la continuación de mi recorrida por Monserrat y San Telmo, a la espera de la reanudación del servicio del Ferrocarril Mitre a Retiro, ya que desde mediados de enero, éste sólo opera en el trayecto Tigre-Belgrano C y su regreso. Las alternativas en colectivo, a través de las líneas 29, 64 y 130, tienen viajes muy lentos -en los dos primeros casos-, en tanto que el 130, que sí realiza un recorrido directo por el Bajo, es utilizado en forma masiva por los pasajeros que normalmente son usuarios del tren. En consecuencia, esta línea también sufre importantes demoras en su servicio.
Por lo tanto, me dirigí (en la zona de Barrancas de Belgrano) hacia el punto de salida de la línea 80 con el objetivo de llegar a Francisco Beiró y Campana y así recorrer Villa del Parque. En primer lugar, lo que sorprendió es la demora en la llegada del colectivo: aproximadamente 20 minutos. Para colmo, después de tanto tiempo de espera, llegó un solo coche de la línea a levantar pasajeros, cuando yo había observado que minutos antes, varios más habían arribado desde la cabecera opuesta, dirigiéndose a su zona de estacionamiento.
¿Otra desagradable sorpresa? El hecho de que, siendo un cálido día de otoño, en el vehículo no estaba encendido el aire acondicionado, situación agravada ante las ventanillas selladas de la unidad, la cual contaba apenas con algunos pequeños ventiletes abiertos. El viaje, por ende, resultó ser muy poco confortable.
Al llegar a Beiró y Campana desciendo y comienzo a caminar por esta última hacia la izquierda, por un sector de casas bajas y pequeños chalets, en alternancia con algunos edificios de no más de siete pisos. A la altura del 3264 paso frente al Centro de Diagnóstico Parque. De inmediato, ya llegando al paso a nivel con cuatro vías del Ferrocarril San Martín, se levanta el imponente Castillo de Villa del Parque, conocido popularmente como “Palacio de los Bichos”, construido en 1910, y sobre el cual circulan historias sobre fenómenos inexplicables que suceden en su interior.
A posteriori cruzo la barrera. En Campana y Pedro Lozano me llama la atención el atractivo color azul de la fachada de una casa. Luego, en la intersección con Baigorria, se encuentra la plaza Aristóbulo del Valle, que posee juegos infantiles, una canchita de fútbol, mesas de ajedrez y ping pong, y una calesita, destacándose la presencia de un centro de vacunación que funciona en una Estación Saludable del Gobierno de la Ciudad. En el centro de la plaza hay un busto del Gral. José de San Martín, lamentablemente, bastante deteriorado. Lleva una extraña placa del 17 de octubre de 1963, que dice “Embajada de la Alegría al Padre de la Patria”.
En el otro extremo de la plaza Aristóbulo del Valle, en Cuenca y Marcos Sastre, está el Ateneo Cecilia Bernasconi, donde se llevan a cabo recitales y se practican diferentes actividades deportivas. En Cuenca 2651, se encuentra el Instituto Santísima Virgen Niña.
Continuará…
Andrés Rosen
