El sitio que nos ocupa está en Villa Santa Rita, barrio que los desconocedores del mapa porteño suelen confundir con Villa del Parque, debido a su cercanía y a la trascendencia de dicho barrio. Pero dentro de Villa Santa Rita, también hay un sector especial, un barrio no oficial, cuyo nombre es Barrio Nazca, ya que esta avenida es la arteria más renombrada de esta parte de la Ciudad de Buenos Aires. En el Nazca, zona de pasajes que suman más de una decena (que por otra parte, ya ha sido motivo de un artículo en esta página, años atrás), un encuentro de calles en particular llama la atención, aunque no por otra cosa que no sea por el apellido de quienes lo protagonizan: es la esquina de García y García. Por un lado, Juan Agustín, que es la de mayor importancia a nivel «jerárquico», ya que recorre nada menos que cincuenta cuadras a partir de su nacimiento, en la Avenida Warnes, de La Paternal, prolongándose hasta Liniers, donde da por concluido su trayecto en la Avenida Juan B. Justo. Al 3.000 de su numeración, casi a mitad de camino considerando sus extremos, Juan Agustín García se topa con su homónima, Agente Ceferino García, la cual, en contraste, apenas tiene dos cuadras, siendo sus extremos Álvarez Jonte y la citada Juan Agustín García. Es decir, que las cuatro esquinas de un cruce tradicional se reducen a dos, hecho generado porque allí finaliza la más corta de las “Garcías”.
Si bien puede entenderse a esta coincidencia como un suceso no tan casual, a propósito de lo habitual del apellido, cabe destacar que entre las calles de Buenos Aires con apellidos más comunes (Rodríguez, Fernández, López, Pérez), no se han dado circunstancias como las que se detallan en esta nota. Sí, por ejemplo, está el caso de Elidido González y Joaquín V. González o Cervantes y Cervantes, que ya serán abordados en su debido momento. Pero no sería necesario realizar un estudio muy profundo para saber que situaciones similares no abundan.
En relación a los datos biográficos de ambos, Juan Agustín García fue un jurisconsulto y escritor, nacido en 1862 y fallecido en 1923. Con Ceferino fueron contemporáneos, ya que éste nació en 1905, falleciendo el 29 de enero 1931, en un hecho trágico. Su muerte ocurrió durante un enfrentamiento con el anarquista italiano Severino Di Giovanni, quien le disparó en el pecho, en un hotel de la calle Cangallo. Su asesino fue detenido, condenado a muerte por un tribunal militar (gobernaba al país el presidente de facto José Félix General Uriburu), y días después, fusilado en la penitenciaría ya inexistente de la Avenida Las Heras.
Menos de tres meses después de la muerte del agente policial, se le puso su nombre a la calle. En la intersección con Álvarez Jonte, se colocó una placa que, debajo de un dibujo de su rostro, tiene esta leyenda: “Agente Antonio Ceferino García. Murió velando por la seguridad pública. Homenaje de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Decreto del D. E. – 10 de abril de 1931”.