Por las calles

LA SINGULAR AVENIDA DE MAYO

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Desde Leandro N. Alem y Sarmiento, sigo caminando bajo la recova de la avenida. Al 246 está el Archivo General de la Nación. De inmediato llego a la intersección con Perón: su pendiente hasta 25 de Mayo, considero, es la más empinada que he visto en todos mis años de taxista por las calles de Buenos Aires.

Entre Perón y Bartolomé Mitre se encuentra un edificio de oficinas perteneciente al Ministerio del Interior. En el centro de la calzada (junto a la rotonda que permite el giro de los vehículos que, viniendo por Paseo Colón, se dirigen hacia Plaza de Mayo), sobre la plazoleta 11 de junio de 1580, está el Monumento a Juan de Garay. Sobre el mismo, lamentablemente, no existe ninguna placa que lo identifiquen como tal.

Desde este lugar atravieso Plaza de Mayo, dirigiéndome hacia Avenida de Mayo, arteria sobre la cual, cruzando Chacabuco, al 749, está el Pasaje Urquiza-Anchorena. De este se destaca una fachada con su antiguo portal, conformado por una reja de hierro. Pocos metros más adelante se encuentra la antigua librería “El Túnel de Buenos Aires”, ubicada en la planta baja del Palacio Vera. La librería ha sido declarada Patrimonio Cultural por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Tras cruzar Piedras, paso frente al Café Tortoni, que cuenta con una larga fila de interesados para ingresar. Según logro deducir, son, principalmente, turistas los que aguardan para ingresar al histórico bar.

Buzon_Avenida_Mayo

A pocos metros, sobre la pared de un edificio, hay una placa que lo identifica con el nombre “Héroes de Malvinas”. En la esquina de Avenida de Mayo y Tacuarí, está el bar “Goya”. Con respecto a este espacio gastronómico, me llamó la atención que en la vidriera, el menú ofrecido al público consumidor, está escrito en inglés y portugués. A mitad de la siguiente cuadra, al 948, paso frente al café “Dalí”, que posee una imagen del famoso artista español en su acceso. En la intersección con Bernardo de Irigoyen se encuentra otro bar, de nombre “La Gayola”. Este se destaca por la presencia de una escultura de Carlos Gardel, junto a la puerta de entrada. Muy cerca, sobre Bernardo de Irigoyen, hay un bar más, el “Triumph”, donde también se exhibe escultura junto a la puerta. En este caso, es una del ex jugador de basket de la NBA Michael Jordan, uno de los más grandes deportistas de la historia.

Continúo mi camino por Avenida de Mayo. En su esquina con 9 de Julio, sobre la Plazoleta Provincia de Misiones, está el Monumento a las Cataratas del Iguazú, y en sus adyacencias, sobre un pequeño cantero, se ven dos estatuas llamadas “Sabiduría” y “Virtud”. Al arribar a la intersección con Lima, diviso una fuente que tiene esculturas de varios niños. Lamentablemente, carece de agua. Allí se ubica, además, la estatua del héroe guaraní Andrés Guacurarí y Artigas, mientras que hacia la izquierda, se distingue la estatua de Don Quijote de la Mancha, aunque también esta carece de placa identificatoria.

En Avenida de Mayo y Lima, me llamó la atención un antiguo buzón rojo, de los que ya quedan pocos en Buenos Aires. Esta sencilla escena me hizo evocar tiempos no tan lejanos, en que la comunicación con nuestros familiares y amigos de cualquier parte del mundo, se hacía enviando cartas y tarjetas postales, mostrando, por ejemplo, los lugares donde pasábamos las vacaciones. A continuación, entre Lima y Salta, identifico al tradicional Hotel Castelar. Fue inaugurado en 1929 pero dolorosamente, cerró sus puertas en 2020.

Continuará…

Andrés Rosen

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