A punto de finalizar mi trayecto por la plaza Aristóbulo del Valle, observo que en este tradicional espacio público del barrio, hay una escultura en homenaje a la madre, emplazada por el Club de Leones de Villa del Parque. Desde allí comienzo a caminar por Cuenca hacia la estación del Ferrocarril San Martín, transitando por una zona comercial del barrio que cuenta numerosos negocios de diferentes rubros.
Al llegar a Nazarre, estoy propiamente en el acceso a la estación, donde se divisa el antiguo puente peatonal que cruza sobre las cuatro vías. Sobre Nazarre, además, están la parada del colectivo 134 -que sigue su camino hasta Villa Devoto- y la terminal de la línea 24 -ubicada en un garaje- que une Villa del Parque con Avellaneda y Wilde, en la zona sur del Gran Buenos Aires.
Cruzo por el paso a nivel de Cuenca; sobre Pedro Lozano está la Parroquia Santa Ana y San Joaquín Villa, fundada en 1913. Junto a ella se encuentra el Colegio San José, frente a una plazoleta sin identificación visible, que también tiene acceso a la estación, y donde hay un cartel con el emblema del barrio de Villa del Parque, sobre el cual se destaca, entre otros símbolos, el “Palacio de los Bichos”. También se encuentran, en una pequeña y antigua casa, el Centro de Jubilados “El Amanecer” y el Centro de la Tercera Edad “Carlos Gardel”. Finalmente, sobre Helguera, están el Instituto Schiller, la Escuela Profesor Juan J. Millán -pintada de un llamativo color verde agua- y el Instituto Evangélico Americano.
A continuación arribo a la triple intersección conformada por las avenidas Francisco Beiró y San Martín, y la calle Helguera, para tomar un colectivo de la línea 80 y continuar mi caminata por la zona en una siguiente ocasión. Esto sucedió pocos días después, cuando decidí dirigirme a la parada de la línea 63 con el objetivo de llegar a Nazca y Álvarez Jonte e iniciar una nueva recorrida. Por lo tanto, después de descender del colectivo en la citada esquina, comienzo a transitar Álvarez Jonte hacia el Oeste (la mencionada calle es la que marca el límite entre los barrios de Villa del Parque y Villa Gral. Mitre).
En primer lugar observo que, hacia la izquierda, salen en sucesión varias calles, pequeñas, angostas y de nombres sorprendentes, como La Calandria, Crainqueville, Chimborazo, Lapacho y, en especial, la llamada Agente Ceferino García. Esta posee una placa de 1931, que recuerda a García con la inscripción “Murió velando por la Seguridad Pública”. Hay además otra calle de nombre Agente D. Dedico. Todo esto, mientras en este tramo de Jonte predominan las casas de repuestos y servicios del rubro automotor.
Al 3176 de Jonte se halla la Corporación Mitre Biblioteca Pública. Al 3270 me llamó la atención el pequeño pasaje peatonal Gral. Guillermo Granville, que sobresale por sus árboles floridos y sus muros pintados con flores, lo que le da un hermoso colorido a este rincón de Buenos Aires. En la intersección con Llavallol se encuentra la Iglesia Evangélica Ejército de Salvación, y a su lado, la Comunidad Betar.
En la vereda de enfrente está el salón de fiestas y eventos “El Castillo”, en un sector de Álvarez Jonte donde se combinan casas bajas y edificios en torre, y se produce la peculiar situación de que la arteria hace un zig-zag hacia la derecha en Emilio Lamarca, pasando a ser en un pequeño tramo recto la calle Miranda. Después del mencionado giro sigue como Álvarez Jonte. Otra extraña situación es el hecho de que Emilio Lamarca tiene una mano con un antiguo cartel que dice “Emilio Lamarca Este”, mientras que la otra mano -que sigue hacia Flores- cuenta con un moderno cartel nomenclador que sólo dice “Emilio Lamarca”.
Continuará…
Andrés Rosen