Vive tu vida como si se te escapara el alma del cuerpo hacia el cielo y el mar. ¿Cómo olvidarte? No sé… solo el recuerdo de nuestro amor me hace amarte aún mas. Te busco y no te encuentro, eres un huracán, un ciclón lleno de bríos, como un caballo de esbelta figura, ojos chispeantes de alegría, carácter fuerte y tesonero cual adolescente amante de la buena vida. Recuerdo tus manos y todo tu cuerpo, era ternura la que inspiraba. Gracias por todo tu amor hacia mí.
Hoy en mi alma hay rosas, claveles, margaritas y jazmines en flor. Araucarias, cedros y jacarandaes elevan sus ramas al cielo desde mi jardín, que es mi mundo, donde el silencio duele como un arpón clavado en un pez. Eres hermoso, te guardo desde el fondo de mi corazón, si cada minuto pienso en vos no te digo nada, te miro y me sonríes mientras te acurruco entre mis brazos. Eres como el sol, con tu fuego sagrado, que nos une eternamente a lo largo de nuestro camino a veces turbulento pero siempre pleno de amor.
Vives en mí como una rosa blanca, con tu perfume de dorado esplendor, como una mujer hermosa y autoritaria, inteligente y gentil, mi maestra de la vida, siempre te recordaré. Escucha mi canción bajo el puente de los suspiros, intenta olvidar tus penas y escucha el trinar de los pájaros bajo la sombra de los tilos y los álamos.
¿Cómo estás amor? Sí, es verdad, la vida y el amor nos unen para siempre, ese que nació entre los dos, el eterno, el indisoluble, el único, el imborrable, el nuestro. Cuando amanece el día canta el jilguero que poco a poco va construyendo su hogar, su nido, y después irá en busca de alimento para sus pichones, así como el hornero que con su infinita paciencia hace su hogar de barro y fibras vegetales, y con su forma de horno de pan atrae la bonanza.
El sol brinda un cálido día, en primavera y otoño las plantas florecen y las hojitas bronceadas forman un piso mullido como para deslizarse en él, mientras los pájaros saltan de rama en rama. Volemos alto mariposa, vayamos por el firmamento, que yo besaré tus alas y tu rozarás mi boca, y juntos seremos dos grandes astronautas en busca de la plateada luna y el dorado sol.
Pasa el tiempo de contemplar como transcurren los días y voy envejeciendo, mientras aparecen imágenes de mi vida, mi infancia y mi madurez. Quiero ir por el aire como si fuera un barrilete que trepa hacia el sol durante el día, y por la noche duerme y sueña con las estrellas.
Raquel Seltzer