Apenas seis años tenía Alejandra cuando junto a sus padres, dejó la Argentina en busca de un mejor porvenir. Venezuela fue su destino. Allí, creció y con el tiempo llegó a formar su propia familia. Conoció a Adrián, un venezolano de ascendencia croata, y como fruto de la pareja nacieron Antonella y Anabella.
Hace tres años, volvieron a nuestro país, ya no de vacaciones, sino a radicarse definitivamente. Sus hijas se abocaron al estudio. Hoy, Antonella está en tercer año de arquitectura y Anabella, en primer año de diseño gráfico, en la UBA.
Claro, además, todos -inclusive Alejandrita, una sobrina- forman parte del emprendimiento familiar denominado Dobri, una hamburguesería/heladería/confitería, que a principios de febrero abrió en Freire entre Palpa y Céspedes.
«En Venezuela la cosa estaba muy difícil. Nosotros teníamos un laboratorio de cosmética, pero ya no había materia prima. Al final tuvimos que rematar la compañía y decidimos regresar», resume Alejandra, cuyo acento idiomático, al igual que el de su simpática familia, se niega a disiparse. «Como en Venezuela tuvimos algo parecido más allá de la empresa de cosmética, la idea fue abrir un local con este estilo en Buenos Aires. Encontramos este lugar sin conocer Colegiales. Pero hoy puedo decir que el barrio me encanta: hay buenos vecinos, buenos clientes, me enamoré de Colegiales».
Al retornar, la familia fijó su zona de residencia en Barracas de Belgrano. Desde allí, alternando el negocio con sus otras tareas cotidianas, emprenden cada día el viaje hacia Dobri, donde, para completar el cuadro caribeño, también trabaja un chef nacido en el mismo país. «A Bernardo lo conocimos acá», cuenta Alejandra. «Fue una agradable sorpresa. Trabaja muy bien, y no se limita a cocinar lo básico, además prepara variedades típicas venezolanas».
Así, el amplio menú incluye platos desde la famosa «torta tres leches», hasta lo tradicional en este tipo de locales: hamburguesas, panchos, tartas, sandwiches, wraps, ensaladas, café, medialunas…. Y todo en grandes variedades, en un salón muy bien acondicionado -además con mesas en la vereda- que por otra parte, gracias a la presencia de un patio trasero, permite que se festejen, por ejemplo, cumpleaños infantiles.
Algo novededoso, es que a la oferta, se le suma una heladería autoservicio, donde a través de una máquina el cliente puede elegir y combinar gustos e ingredientes como los sabrosos brownies.
«Lo primero que instalamos fue la heladería, inspirándonos en un modelo muy común en Venezuela. Luego añadimos el desayuno y la merienda -el café con algo dulce- y por último, el almuerzo. Y está la posibilidad de combinar todo en diversos combos», señala Alejandra, afirmando estar contenta con la respuesta que hasta el momento tuvo por parte del público.
«Hace poco abrimos, y ya hemos hecho varios clientes muy asiduos. De la radio viene mucha gente -dice, en relación al edificio de FM Metro, que se encuentra a unos pasos de distancia- y de otros sitios también. Confianza es lo que sobra».
Las palabras de Alejandra irradian un optimismo que por otra parte, posee perspectivas a futuro: «Nos gustaría consolidar la marca y abrir más sucursales. El tema de las franquicia es atractivo. Aunque primero será necesario prestarle la máxima atención a nuestro local de Freire».
Da la impresión de que este optimismo no fuese propiedad exclusiva de Alejandra, sino que se traslada a un staff que trabaja alegremente, desdoblándose en diversas funciones.
El horario de Dobri es de 9 a 19 hs. (lunes a viernes) y 11 a 19 (sábados).
Dirección: Freire 916. Teléfono/Delivery: 4552-2783
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