Bajo calles empedradas, pintorescas y antiguas construcciones a la vista, se esconden mitos y túneles poco conocidos para los turistas locales y extranjeros. El corazón del barrio de San Telmo, cuna de la historia más antigua de Buenos Aires, atesora uno de los puntos históricos más tradicionales, el museo Zanjón de Granados.
Detrás de su gran portón de hierro color bordó sobre la calle Defensa 755, se encuentra lo que fue una mansión abandonada que en 1985, fue adquirida por un histórico residente y vecino de la localidad, llamado Jorge Eckstein. Al adquirirla su intención fue transformarla en un restaurant, pero al poco tiempo de comenzadas las obras de remodelación y limpieza, notó algo inusual en los cimientos.
Un estrepitoso colapso de los patios internos de la mansión, indicó a Eckstein que había encontrado un tesoro oculto debajo de su propiedad. Para descubrir que había en él, contrató a un equipo de universitarios especializados en arqueología urbana, encabezado por el arquitecto Daniel Schavelzon. Así fue hallado uno de los sitios más importantes de la ciudad: túneles subterráneos con antiguas construcciones que desde el Siglo XVII fueron superponiéndose.
Se pudo observar una cisterna, celdas de esclavos, armas blancas y de fuego, utensilios personales y de cocina de la época colonial, pero el hallazgo más relevante fue el arroyo “Tercero del Sur” que pasaba por debajo. Este fue uno de los tres construidos en 1787, para desagotar el agua de lluvia desde lo mas alto de la ciudad hacia el Río de la Plata.
A partir de este suceso, Eckstein desistió de sus planes originales. La investigación continuó y dio a conocer que, en 1580, el terreno había sido cedido por Juan de Garay, el fundador de la ciudad, a Juan González y en 1830, fue adquirida por los Miguens, una de las familias aristócratas de la ciudad. Estos últimos, edificaron la gran mansión de tres amplios patios -el primero para las visitas, el siguiente para la familia y el último para los carruajes-, veintitrés habitaciones, grandes arcadas y un mirador con vista al puerto como un símbolo de distinción económica y alta clase social de la familia.
En ella, vivieron por más de 30 años hasta que en 1871, la epidemia por fiebre amarilla, proveniente de Brasil, azotó a los habitantes del sur de la ciudad de Buenos Aires. Espantados por la posibilidad de contagio, tomaron la decisión de abandonar su propiedad para establecerse en otra zona más alejada del puerto.
Este caserón de grandes arcadas y largos pasillos fue puesto en alquiler por habitación. Poco a poco se pobló de familias enteras, transformándose en un conventillo que funcionó por más de un siglo hasta convertirse en un basural abandonado. Luego, por un precio irrisorio, fue adquirida por el señor Eckstein, conocido por sus allegados y amigos como Don Jorge.
“Ayer Zanjón del hospital, hoy Zanjón de Granados, desde un siglo sepultado bajo las casas de la ciudad. Reaparecieron hace 20 años: túneles, ruinas y misterio. Te cantaron sin saberlo, o quizás por intuirte Baldomero y Homero Manzi. Casi abandonado entonces, tu casa, tu vereda y El Zanjón. Subsuelo de historias y cuentos, la emoción del ayer, mañana un recuerdo”. Don Jorge (25-07-04)
Luego de más de 20 años de trabajos de reciclaje y recuperación del patrimonio, esta mansión se convirtió en un museo digno de visitar para conocer su historia, sus pasadizos, túneles, disfrutar de la arquitectura colonial y ver objetos encontrados durante las excavaciones. Este recorrido brinda un viaje al ayer, hacia las entrañas de la vieja y misteriosa Buenos Aires que merece ser conocido por todos.
Belén Ambrosio
