Dentro del conjunto de las más de dos mil calles porteñas, hay dos que homenajean a boxeadores argentinos.

Justo Antonio Suárez: la calle se encuentra en Mataderos. Nace en la Avenida Lisandro de la Torre, finalizando diez cuadras después, en la colectora de la Avenida General Paz. En su trayecto, pasa junto al estadio de Nueva Chicago, institución a la que se conoce, precisamente como el Torito de Mataderos, apodo inspirado en el famoso boxeador -al que llamaban de esa manera- nacido en 1909.

La infancia de Suárez estuvo enmarcada en un contexto muy pobre. En una familia de veinticinco hijos, él era el decimoquinto hijo. Desde muy chico debió trabajar para aportar al sustento hogareño, y paralelamente, comenzó a boxear. A los diez años ya era profesional, pues se ganaba algunos pesos en festivales boxísticos. En un improvisado ring armado en su casa de la calle Guaminí, había aprendido a dar los primeros pasos en el deporte. Su ascenso, pronto, se volvió vertiginoso, y saltó a la popularidad combatiendo en la categoría peso ligero. Representado por el legendario Tito Lectoure, siendo muy joven conquistó el título argentino.

Su camino victorioso le valió, por ejemplo, ser tapa de la revista El Gráfico; también el hecho de que en el Luna Parak lo aplaudieran hasta los reyes de Inglaterra en una visita que éstos hicieron a la Argentina durante la presidencia del dictador Uriburu.

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La calle Justo Antonio Suárez. A la derecha, el club Nueva Chicago. En la foto principal, el barrio Justo Suárez, en Mataderos.

Luego de ser aclamado en escenarios como el citado Luna Park, tuvo la chance de viajar a Estados Unidos y continuar por el sendero de triunfos. Sin embargo, no logró conquistar el título mundial: Billy Petrolle lo venció en la que fue su primera derrota de su carrera, y el inicio de su declive.

El Torito se enfermó de tuberculosis y se trasladó a Córdoba. Tres años después, a la edad de 29, falleció en la ciudad de Cosquín, envuelto nuevamente en la pobreza. Trasladaron sus restos a Buenos Aires, y previo paso del cortejo fúnebre –seguido por una multitud- por el Luna Park, fue sepultado en el Cementerio de la Chacarita.

Además de la calle Justo Antonio Suárez, a pocas cuadras del estadio de Chicago hay una plazoleta que lleva su nombre, en la intersección de Directorio, Cárdenas y -justamente- Cosquín. Un busto lo recuerda en Juan Bautista Alberdi y Murguiondo e incluso un complejo de viviendas populares, se llama así. Es la manzana delimitada por Alberdi, Lisandro de la Torre, Bragado y Timoteo Gordillo. Por supuesto, todo dentro de Mataderos.

El otro boxeador homenajeado por una calle de Buenos Aires es Oscar Natalio Bonavena. Pero claro, esta historia amerita una nota aparte.

 

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