La llegada masiva de los celulares a la población, modificó usos y costumbres de manera radical. El hecho de que desde hace unos cuantos años ya, los niños y adolescentes también tengan acceso a ellos, cambió hábitos en los hogares y fuera de ellos. De modo que la escuela, es uno de los ámbitos en los cuales chicos suelen utilizar sus aparatos. Esta situación provocó la intervención del Gobierno de la Ciudad, que a través del Ministerio de Educación tomó medidas al respecto. Las mismas, de acuerdo a lo publicado por la página del GCBA, son las siguientes:

-En las escuelas primarias y los jardines queda bajo responsabilidad de las familias que sus chicos lleven celulares, pero no podrán usarlos durante las clases y los recreos. Para los contenidos que incluyan herramientas tecnológicas se utilizarán los dispositivos de la escuela.
-En el secundario los teléfonos y tablets deberán estar guardados durante las horas de clase excepto en las actividades pedagógicas planificadas. Las autoridades de cada escuela deberán comunicar a toda la comunidad educativa (estudiantes, docentes y familias) las pautas y condiciones para el uso adecuado de los dispositivos.
-Las medidas derivadas del incumplimiento de esta regla como, por ejemplo, la retención de los dispositivos hasta la finalización de la jornada escolar, también serán definidos por cada institución.
-Quedan exceptuados de esta regulación aquellos estudiantes que requieran del uso de un dispositivo personal digital como apoyo para el aprendizaje.

En forma simultánea a la publicación de las resoluciones del Ministerio, las máximas autoridades porteñas se expresaron acerca de esta problemática. Tanto Jorge Macri como Clara Muzzio –jefe y vicejefa respectivamente- como Mercedes Miguel –ministra de Educación- coincidieron en los beneficios de limitar el uso de los teléfonos en los establecimientos educativos. El sitio oficial buenosaires.gob.ar también difundieron sus declaraciones:
“Una de las razones centrales de por qué los chicos no están aprendiendo en clase es por el celular, que es una máquina de distracción (…) Como Gobierno tenemos que generar condiciones en el aula que les permitan a nuestros profesores y maestros volver a tener la atención de los chicos. Queremos que el control del aula lo tenga el docente y no el celular (…) En la primaria y la secundaria, el celular en el aula, no. Es importante que como adultos responsables también nos hagamos cargo. Y entonces sí, habiendo puesto este tema sobre la mesa y discutiéndolo, empezaremos a ganar la batalla desde el Gobierno, desde la escuela, pero también desde la familia” (Jorge Macri).
“Hay cosas muy importantes que el celular no puede resolver por nosotros. El sentido crítico, el desarrollo de vínculos afectivos reales, que van más allá de la pantalla, o el cuidado de nuestra salud mental. La responsabilidad es de los adultos, como padres no nos podemos desatender, porque somos nosotros los que tenemos que proteger a los chicos” (Clara Muzzio).
“Regular no es prohibir. Queremos un entorno educativo donde la tecnología sea una herramienta útil y no una distracción. Esto es parte de nuestro plan estratégico Buenos Aires Aprende. Tenemos muchísima evidencia que indica que esta decisión es acertada. Argentina es pionera, número uno según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, de estudiantes que reconocen distraerse en matemáticas por el uso del celular. Y cinco de cada 10 jóvenes de nuestro país dicen que les genera mucha ansiedad cuando no tienen su celular cerca” (Mercedes Miguel).

Foto: de izquierda a derecha, Muzzio, Macri y Miguel (Carlos Greco/GCBA).

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