Hace aproximadamente un cuarto de siglo, la Ciudad de Buenos Aires carecía de ciclovías. En la década de 2000, comenzaron a verse algunas. Sin dudas, esto era todo una novedad para automovilistas, peatones, y, desde luego, ciclistas, que estaban habituados a circular por las calzadas al igual que el resto de los vehículos. Durante el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, los carriles exclusivos para bicicletas “explotaron”, o sea, que se construyó un alto número de ciclovías, con el objetivo de que los usuarios de los  automóviles particulares y el transporte público, se volcara a las calles en sus respectivos rodados para, de esta manera, descomprimir en intenso tránsito vehicular. La medida fue aceptada de buena manera por quienes no tenían la obligación de conducir automóviles pero al mismo tiempo, provocó un profundo malestar entre aquellos a los que no les quedaba otra alternativa que manejar por la urbe porteña en vehículos particulares, taxis, colectivos, camiones, etc.

Sin embargo, la etapa de proliferación de las ciclovías en CABA parece haber finalizado con el cambio de gobierno. Desde que Rodríguez Larreta dejó su cargo de alcalde, se ha dejado de hacer tanto hincapié en las ventajas de las bicisendas. Más aún, en estos momentos, hasta se está hablando de eliminar algunas donde en proporción se ven menos usuarios, si bien también se baraja la posibilidad de ensanchar otras que son más utilizadas.

Una muestra de esta intención es lo que ocurre en la calle Tucumán, donde las autoridades de la Ciudad, tomaron la medida de quitar carriles. El argumento esgrimido, es que los ciclistas puede utilizar las ciclovías de mano única que tienen dos importantes arterias paralelas: la de la Avenida Córdoba –que va en sentido al Norte- y la de Avenida Corrientes –cuya dirección es hacia el denominado “centro” de CABA-. A propósito de la calle Tucumán, hay ciudadanos que coinciden con la decisión del Gobierno de sacar la ciclovía: el Observatorio del Derecho a la Ciudad presentó un amparo con la finalidad de que esto no ocurra.

Entretanto, Jorge Macri ya había manifestado su disconformidad en relación a la colocación de ciclovías en ciertos lugares de Buenos Aires, que, según el actual jefe de Gobierno, no eran necesarias. Al asumir la titularidad del GCBA, Macri vertió críticas en relación al carril de bicicletas de Avenida del Libertador. A un año del cambio de mando, todo indica que la opinión del alcalde guarda coherencia con las ideas que sus funcionarios procuran llevar a la práctica. En ese sentido, el ministro de Infraestructura de la Ciudad, Pablo Bereciartua, ya dijo que se va a mejorar la red de ciclovías, quintando las que no son necesarias y ampliando la capacidad de las de mayor circulación.

De acuerdo a lo informado por alertastransito.com, medio especializado en la problemática del transporte, las críticas de los vecinos “fueron claves para esta decisión, ya que muchos consideraron que la obra había causado más inconvenientes para peatones y conductores que beneficios reales para los ciclistas”. Alertas Tránsito agregó: “Esta problemática no es única de la calle Tucumán, sino que afecta a varias zonas de la ciudad. Por ello, la administración de Jorge Macri está tomando medidas para eliminar ciclovías que resultan poco funcionales, al mismo tiempo que trabaja en la ampliación y mantenimiento de otros carriles exclusivos para bicicletas”.

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