ES LA MISMA CALLE.
En Villa Urquiza, la calle Fernández Blanco homenajea a un comerciante y militar; Manuel, de nombre, nacido en Corrientes en 1778 y fallecido en 1851. Esta calle presenta una marcada curiosidad. Su numeración va desde el 2000 hasta el 2399. Da comienzo en Echeverría y termina en Blanco Encalada. Esta información indica que la calle posee una extensión de cuatro cuadras. No obstante, tiene solamente dos, que son las de los extremos. O sea, que en primer lugar va desde Echeverría hasta Juramento. Luego, se interrumpe y recién retoma su traza en Olazábal. Entonces, recorre otra cuadra más y culmina, ahora sí definitivamente, en Blanco Encalada. Podrían ser dos pasajes con diferentes denominaciones. Sin embargo, las autoridades porteñas que en 1904 le dieron su nomenclatura, decidieron que ambos trazados debían llamarse igual.
EL MISTERIO DE ALEM.
La Avenida Leandro N. Alem –una de las emblemáticas arterias del suelo porteño- homenajea al caudillo radical nacido en 1842 y fallecido en 1896. La avenida empieza a pocos metros de la Casa Rosada y finaliza en Retiro, junto a la Plaza San Martín. Solemos ver la N en medio de su primer nombre y su apellido. A esta inicial, en la práctica, no se la suele asociar con ningún nombre. Hay gente que está al tanto de que alude a Nicéforo, mientras que otros, probablemente ignoren su origen. Efectivamente, la N es una referencia a Nicéforo, aunque, si se investiga a fondo, aparecerá un dato sorpresivo: no existe la certeza de que Alem haya tenido segundo nombre. Algunos historiadores han afirmado esto último. Otros en cambio, eran partidarios de la idea de lo contrario, y que esa N, corresponde a Nicéforo.
LA “S” QUE NO EXISTÍA.
En relación a lo que ocurre con Leandro N. Alem, cabe resaltar un caso estrechamente relacionado. La calle Presidente Ramón S. Castillo, que atraviesa Retiro y Recoleta, homenajea al ex Presidente de la Nación, que permaneció en el máximo cargo entre 1942 y 1943. La S que haría referencia a un segundo nombre, en realidad era un invento de Castillo, que se llamaba Ramón Antonio. Pero en su juventud, el futuro primer mandatario, al firmar, cambiaba la A. por una S. para que el impacto visual no derivara en un no deseado Ramona.
SÓLO EL PRIMER NOMBRE.
Además de los casos mencionados, existen en el territorio capitalino numerosos homenajeados de segundo nombre hasta el momento desconocido, a pesar de que las nomenclaturas de las calles cuenten con una inicial antecediendo a sus respectivos apellidos. Aquí va un breve listado:
Coghlan, Juan M.
Fue un ingeniero irlandés que trabajó para la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Presidió el Ferrocarril del Sud y director del Ferrocarril a Campana y de la Oficina de Puertos y Caminos de la Provincia de Buenos Aires. La calle se encuentra en Villa Devoto. También lo recuerdan la estación del Ferrocarril Mitre y el barrio de CABA.
Ferrari, Antonino M.
Fundador y presidente del banco El Hogar Argentino. La calle que lo recuerda –en Caballito- tiene tres cuadras de extensión.
Giralt, Hernán M. Intendente
La calle que lo recuerda, en Puerto Madero, es la última arteria antes de la Reserva Ecológica Costanera Sur. Fue intendente de la Ciudad entre 1958 y 1962.
Luppi, Abraham J.
Está en Nueva Pompeya. Luppi fue un vecino de la zona, fundador de la primera escuela del barrio y de la Sociedad de Socorros Mutuos.
Martínez, Mateo J.
Recuerda a un militar que combatió en la Guerra del Paraguay y batallas como Cepeda, Pavón y Sauce Grande. También actuó en la epidemia de fiebre amarilla de 1791. La calle está en Villa Devoto.
Foto: un tramo de la calle Fernández Blanco, según Google Street.