El Huracán del ’73, paso a paso.

Huracán 1-Rosario Central 1

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Foto: Babington y Del Valle, que no actuaron contra Rosario Central, rodean a Larrosa en el vestuario ganador.  Las felicitaciones a Omar se deben al tanto conseguido cuando restaban sólo dos minutos para el final. (Revista El Gráfico).

El nerviosismo por la consagración cada vez más cercana, jugó un papel preponderante y, seguramente, haya incidido de manera directa en el rendimiento del equipo frente a los rosarinos. De lo contrario, sería muy difícil entender las razones por las cuales el Globo tuvo una actuación tan pobre y ante un rival muy limitado, sólo halló el empate mediante un penal en una de las últimas jugadas del partido.

En Huracán los mismos jugadores admitieron que los nervios predominaron de principio a fin. A raíz de ello, no lograron tomar la iniciativa que les cedió Central y a los 5’ ya estaban en desventaja. A continuación y a lo largo de todo el partido, el Globo padeció de imprecisiones en el traslado del balón e impotencia para crear situaciones de riesgo frente a Biasutto. Ni siquiera de penal pudo empatar, porque el tiro sancionado por el árbitro Comesaña (mano de Killer) fue atajado por el arquero visitante. Cuando en el Ducó la impaciencia era notoria, Larrosa consiguió calmar la tensión, y mediante la conversión de otro penal se tomó revancha de aquel había malogrado minutos atrás, devolviéndole la sonrisa a todo Parque de los Patricios.

LA FICHA DEL PARTIDO

Huracán (1): Roganti; Chabay,  Buglione, Basile (ST inicio Cantú) y Carrascosa; Leone (ST 11 Tello), Russo y Quiroga; Houseman, Scalise y Larrosa. DT: Menotti.

Rosario Central (1): Biasutto; J. González, Pascuttini, D. Killer y Burgos; Aimar, Solari y Poy; Rubiola (Colman), Cabral y Aricó (Bustillo). DT: Carlos Griguol.

Goles: PT 5 Poy. ST 43 Larrosa, de penal.

Incidencias: ST 13 Biasutto le atajó un penal a Larrosa; ST 40 exp. González (RC) y Buglione (H).

Cancha: Huracán.

Arbitro: Comesaña.

TODOS LOS RESULTADOS

Huracán 1-Rosario Central 1

River 1-All Boys 3

Vélez 2-Independiente 0

RAcing 2-Ferro 2

Newell’s 2-Boca 0

Estudiantes 1-Chacarita 0

Atlanta 0-San Lorenzo 0

Colón 0-Gimnasia 0

Libre: Argentinos.

LAS POSICIONES

A pesar de haber perdido un punto valioso, Huracán alargó a seis puntos la brecha que lo separaba de su escolta. Insólitamente tanto Boca -segundo- como River -tercero- e Independiente -cuarto- perdieron sus cotejos. El mayor papelón lo hizo River, que cayó con el último.

LO QUE DIJO EL PERIODISMO

REVISTA «EL GRÁFICO»

El prematuro gol a favor de los rosarinos les dio más serenidad para el toque y mayor sentido a esa circulación exenta de profundidad. Huracán exhibió similar incapacidad para llegar al gol y a través de los minutos se fue desesperando por conseguirlo. Lo que Poy hacía por un lado no existía en el campo opuesto. Esa fue la gran diferencia, la que justificaba el 1-0 que sobre el final pudo equilibrar Larrosa al convertir un penal (después que Biasutto le había atajado otro a los 58’).

DIARIO «CLARÍN»

Y Huracán está para campeón. Y la tribuna se pierde entre la euforia y la desesperación, transmitiendo esto último «cuando no salen» a la cancha. Contagiando a sus jugadores con la urgencia de ganar cuando están empatados o de empatar cuando están perdiendo. Todo a cara o ceca. Vencer o morir. Y no se aceptan errores. Y de pronto los gritos y los reproches se hacen tan hostiles como si en vez de Huracán, sus jugadores fuesen enemigos. Es difícil jugar bien -ausencia al margen- con esa presión psicológica. Pero hay que entenderlo. Huracán puede ser campeón. El barrio está vestido de irrefrenable orgullo.

Aldo Poy se hizo una gran despedida. Quizá haya sido éste el último partido, porque él también fue transferido a España. Y la organizó bien. Y a los cinco minutos puso el gol que manejó el suspenso del encuentro hasta el final. Central trató de evitar siempre que Huracán se armase, que pudiera manejar la pelota con comodidad. Lo apretó en todas partes y fundamentalmente en su salida. Huracán así se vio muchas veces ahogado, como cortado por la mitad. Le costó traspasar el medio campo prolijamente, porque Aimar y Solari, encimando a Quiroga y Leone, ganaban el anticipo y la zona.

Huracán está peleado dos veces con la pelota. Una por causas involuntarias de sus hombres. El field es tirando a lamentable. La otra, en cambio, compete muy directamente a sus integrantes. La convicción por jugarla siempre, característica esencial del fútbol de Huracán, de no arriesgarla en ollazos múltiples, ha desaparecido. La tribuna incita, desde luego. Y pone una sobrecarga de tensión por querer que se gane de cualquier manera. Y pide que se la tire para adelante. Y, además, no perdona. Pero aún así, este Huracán no debe olvidar que llegó a esto que está viviendo por sostener la convicción del fútbol bien jugado.

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