El Huracán del ’73, paso a paso.
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Foto: La garra de Basile, en una pelota dividida con el Ratón Ayala. (Foto: Revista El Gráfico).
Huracán 2 – San Lorenzo 2
El reparto de puntos, al igual que la semana anterior, no resultó un mal resultado, considerando los empates que también cosecharon los demás equipos que peleaban arriba. Por ende, la diferencia entre Huracán y el resto se mantenía inalterable. Pero el hecho de haber sido locales y de ir ganando hasta los 20’ del ST, hizo que la gente del Globo no se fuera del todo satisfecha. Huracán jugó mejor en el primer tiempo, siendo el tempranero gol de Avallay una prueba fehaciente de ello. Pronto igualó Scotta, pero un bombazo de Babington puso las cosas 2-1 cuando apenas promediaba la primera etapa.
En ese período el riguroso planteo defensivo del Toto Lorenzo, fue ineficaz frente al fútbol elegante de los dirigidos por Menotti. Cuando sobre el final se fue expulsado Glaría, muchos pensaban que todo se facilitaría en el complemento. Pero se equivocaron. El crecimiento del rival ante el quedo del elenco quemero, así lo demostró. Y el mayor volumen de juego que consiguieron los azulgranas, se tradujo en el empate definitivo de Ayala. Huracán intentó luego una reacción, pero el Ciclón ya se había aferrado al punto.
LA FICHA DEL PARTIDO
Huracán (2): Roganti; Chabay, Buglione, Basile y Carrascosa; Brindisi, Russo y Babington; Houseman, Avallay y Larrosa. DT: Menotti.
San Lorenzo (2): Irusta; Glaría, Rezza, Heredia y R. Díaz; Veglio (Ortiz), Cocco (Villar) y Espósito; Scotta, Ayala y Chazarreta. DT: Lorenzo.
Goles: PT 2 Avallay, 11 Scotta, 21 Babington. ST 20 Ayala.
Cancha: Huracán.
Arbitro: Claudio Busca.
Incidencias: PT 42 exp. Glaría (SL).
TODOS LOS RESULTADOS
River 3-Gimnasia 3
Huracán 2-San Lorenzo 2
R. Central 1-Independiente 1
Estudiantes 1-Boca 1
Racing 4-Newell’s 1
Colón 1-Atlanta 3
Vélez 2-Argentinos 2
All Boys 0-Ferro 1
Libre: Chacarita
LAS POSICIONES
Curiosamente, todos los equipos que ocupaban las primeros puestos igualaron en esta jornada. Por lo tanto, nada cambió con relación a la tabla de posiciones. Huracán seguía en la punta, conservando los dos puntos sobre River y los cuatro sobre Independiente.
LO QUE DIJO EL PERIODISMO
DIARIO «LA PRENSA»
San Lorenzo, que en el primer tiempo estructuró un esquema ultradefensivo, apelando a la violencia sistematizada cuando Huracán procuró armarse y llegar con la maniobra individual con 10 hombres terminó igualándole y jugando por momentos mejor en el complemento, porque sin abandonar esa vocación por la marca trató de parecerse más al conjunto local que a sí mismo.
Acaso el visitante debió recurrir en esa etapa al foul, tanto por la habilidad de los atacantes rivales, cuanto por las falencias de algunos de sus valores clave. El puntero encontró cerrados todos los caminos en el sector intermedio, donde San Lorenzo tenía cuatro volantes delante de la línea de zagueros.
Veglio sujetándolo a Babington, si aportar nada más; Chazarreta -muy flojo- a Brindisi; Espósito con Russo a Avallay, cuando éste retrocedía, y Cocco, en un pésimo partido, sin tomar a nadie y despilfarrando cada pelota que llegó a sus pies. Atrás Díaz desnudaba sus problemas para contenerlo a Houseman y Rezza parecía un inexperto principiante cuando salía o esperaba a Avallay. Solamente Heredia, aún con errores, acusaba por lo menos serenidad y se soltaba en ataque.
Huracán debió recurrir entonces a la rotación y la maniobra individual para esquivar ese bloque; en el duelo personal se notaron las flaquezas de San Lorenzo y su mecanismo no funcionó. Así llegó el primer gol después de un espectacular y sorpresivo disparo de Brindisi, que Avallay capitalizó ante un arquero que todavía no se había repuesto del fusilamiento anterior. Ese mismo guardavalla que se quedó parado cuando Babington metió junto a su cuerpo un furibundo disparo que hizo trizas con la numerosa barrera. Ofensivamente el conjunto de Boedo quedaba librado a las torpezas de Scotta -pese al gol que hizo- y al desdibujado trabajo de Ayala, por lo que Chabay y Carrascosa tuvieron terreno libre para salir jugando. El primer tiempo terminaba con el absurdo codazo de Glaría a Houseman, el delantero de mayor relieve en Huracán, un pequeño gladiador a quien los golpes lo acicatean.
El segundo tiempo fue un capítulo muy distinto. Villar ocupó la plaza de su exasperado compañero y ganó en fútbol el trabajo visitante. Rezza también se contagió y no fue presa fácil para Avallay. La declinación cada vez más notoria de Huracán contribuyó para que pasaran inadvertidas algunas flaquezas de San Lorenzo (Chazarreta y Veglio, por ejemplo), que serenó el juego, marcó mejor y tuvo un ariete imparable: Rubén Ayala. El gol que hizo reivindicó a él ya su equipo.
Huracán, desacoplado atrás y en el medio, no tuvo toque ni siquiera individualidades, salvo Houseman, pese a la mejor marca por parte de Díaz. El cansancio y tal vez la rudeza del primer tiempo, ayudaron a descompaginar al puntero. San Lorenzo se fue con un empate que tiene la gran virtud de hacer recapacitar sobre las armas que mejor sirven para jugar al fútbol.
