El Huracán del ’73, paso a paso.
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Foto principal: una delantera que quedó en la historia grande del fútbol argentino. Houseman, Brindisi, Avallay, Babington y Larrosa.
Frente a un combinado de Mar del Plata hizo su debut el Globo en el torneo de verano. El partido se volvió más atractivo en la etapa final, que fue cuando se convirtieron la mayoría de los goles. Terminó 5 a 1. Pero más allá de la goleada, lo más importante para Huracán fue la aparición de Houseman.
El wing derecho salió de titular y su actuación entusiasmó a todos, sobre todo porque su llegada no había generado tantas expectativas y terminó siendo el mejor jugador de la noche.
Sólo una práctica previa le bastó a Menotti para confirmarlo entre los titulares. Luego, el diminuto René -que todavía no había sido bautizado como el Loco- enloqueció a su marcador Montes de Oca con sus piques, gambetas y diagonales; se entendió muy bien con Avallay y -tras un centro de Roque- señaló el cuarto gol huracanense.
En los vestuarios, los medios acreditaron requirieron su opinión y así habló, por primera vez, para la prensa de todo el país:
-Nací en La Banda, el 19 de julio de 1953. A los 4 años vine a Buenos Aires y en el ‘66 empecé en la prenovena de Excursionistas. Después pasé a Defensores, para la sexta. Siempre como volante. Debuté en 1971 y el año pasado cuando se lesionó Vidal Ayala me hice puntero.
A continuación, agregó:
-Tengo que levantar más la cabeza cuando voy a la pelota. Lo que mejor hago es el enganche con las dos piernas para cualquier costado. ¿Mi ídolo? Mi hermano Carlos Walter, que jugó en la primera de Excursionistas.
La Copa de Oro siguió su curso. Ya sin Babington ni Brindisi, afectados a la Selección, el DT los reemplazó con Leone y Quiroga. El otro integrante del mediocampo, Fatiga Russo, ganaba solidez en cada partido. Pero, sin dudas, en lo que quedaba del mini-torneo, todos los flashes los volvió a acaparar Houseman, quien con la frescura de sus 19 años no parecía sentir el brusco cambio de categoría. René tuvo excelentes actuaciones y señaló más goles, como el empate definitivo con San Lorenzo. También, experimentó su primera amargura, la noche que Vidallé le atajó un penal en la derrota con Boca.
La primera nota a Houseman en El Gráfico, a pocos días de su llegada al club.
En la tabla final del hexagonal, Huracán se ubicó en segundo lugar, un punto más abajo que San Lorenzo. Los resultados cosechados fueron los siguientes: Liga de Mar del Plata: 5-1; San Lorenzo: 2-2; Racing: 0-0; Boca: 1-2; e Independiente: 1-1
Una labor más que promisoria de cara al inicio del Metropolitano. Al margen de una lógica cautela, una dósis de optimismo acababa de ser inyectada en Parque de los Patricios. Sin embargo, más allá de los muros del Ducó, eran pocos los que hablaban de Huracán. Como siempre, el máximo centimetraje de los medios estaba destinado al «nuevo» Boca, el «renovado» River o el «imbatible» San Lorenzo.
Finalmente, el período preparatorio culminó. Era hora empezar a jugar por lo porotos. Era la hora de la verdad y 45 años de frustraciones aguardaban pronto final. Se acercaba el 4 de marzo. Lo mejor estaba por venir.
Continuará…
Fotos de esta nota: Revista El Gráfico.
