El Huracán del ’73, paso a paso.
Chacarita 0-Huracán 0
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Foto: Quiroga se prepara para definir ante Petrocelli. Pero no será gol. Su remate a quemarropas rebotará en las piernas del arquero. Fue la situación de gol más nítida de Huracán. (Revista El Gráfico).
La vuelta olímpica se palpitaba, el primer título después de 45 años se paladeaba… Por eso, a pocos les importó que Huracán haya tenido ante Chacarita una pálida actuación. La gente que colmó Villa Crespo se retiró eufórica, sabiendo que el punto era útil para mantener la ventaja sobre esos perseguidores que no escapaban de la mediocridad. Con el campeonato tan cerca, ya no interesaba tanto el juego el juego vistoso de la primera rueda, sino el hecho de sumar para seguir mirando la tabla desde arriba. Eso explica la alegría de los hinchas, que asistieron a un partido donde Huracán y Chacarita compartieron todo: desde el cero hasta las dificultades para romperlo.
El Globo presentó una formación más remendada de lo que ya estaba, en función de la lesión que Basile había sufrido la semana anterior y la expulsión de Buglione. Por eso, ingresó Cantú y Russo bajó como improvisado zaguero. El saldo fue el de un mediocampo que, más preocupado por no dejar huecos, se fue olvidando de crear. Así y todo, Huracán contó con algunas chances de gol, si bien Chacarita, sobre el final también pudo haberlo ganado. Al final, no sucedió ninguna de las dos cosas y el Globo fue el que más festejó.
LA FICHA DEL PARTIDO
Chacarita (0): Petrocelli; Sinatra, Buzzo, Guzmán y Frassoldati; Recúpero, Ponzio y Astigarraga; Lizardo, García Cambón y Martiarena (Troilo). DT: Geronazzo.
Huracán (0): Roganti; Chabay, Cantú (ST inicio Zeballos), Russo y Carrascosa; Tello, Leone y Quiroga; Houseman, Scalise y Larrosa. DT: Menotti.
Goles: No hubo.
Cancha: Atlanta.
Arbitro: Luis Pestarino.
TODOS LOS RESULTADOS
Rosario Central 4-River 1
San Lorenzo 3-Colón 0
Boca 0-Atlanta 0
Independiente 0-Estudiantes 1
Gimnasia 3-Racing 1
Chacarita 0-Huracán 0
Ferro 3-Vélez 1
Argentinos 1-Newell’s 0
Libre: All Boys.
LAS POSICIONES
En su visita a Chacarita el Globo dejó nuevamente un punto, pero esto no pudo ser aprovechado por Boca, que sólo igualó como local ante Atlanta. El resto de los competidores por el título, también jugó para Huracán, ya que tanto River como Independiente volvieron a perder.
LO QUE DIJO EL PERIODISMO
REVISTA «EL GRÁFICO».
El partido fue mediocre, y si no tuvo un calificativo más bajo, lo salvó la intención de jugar a ras del suelo, tocando la pelota, que exhibió Huracán. Aunque no pasó de eso: de intención. Para concretar un fútbol armónico y a la vez profundo se necesita un atributo que el actual equipo puntero no tiene: inspiración. El único que puede repentizar es Houseman y cada vez que intentó algo lo revolearon los rivales y lo dejaron sin asistencia los suyos. Chacarita fue tan monocorde y repetido como el juego de Recúpero. Al final, mostró algo más de peso físico, pero las situaciones más peligrosas las salvó Petrocelli.
DIARIO «CRÓNICA»
Una triste parodia de fútbol. Eso fue concretamente el partido entre el remendado Globo que pelea el Metro y un Chacarita que está a años luz de aquel buen equipo que fue tiempo atrás. Huracán, con una formación improvisada, salió dispuesto a especular tratando de salvar un punto cuando menos, y como los Funebreros, pese a no tener apremios de ningún tipo, hicieron otro tanto, salió un bodrio tan grande que terminó de apabullar a todos. Porque ese idéntico planteo táctico se tradujo en un aglomeramiento de hombres en media cancha, donde las fricciones y los pases a cualquier parte estuvieron a la orden del día. Así ¡claro! el gol sólo podía llegar por accidente y como no hubo otra cosa que un transitorio estado conmocional de Cantú, quedó como lo indicaba la lógica más rabiosa: en cero. De todos modos para Huracán fue negocio porque mantiene sus ventajas en la tabla y se va acercando a la meta. Para Chacarita, castigo por su exasperante impotencia.
DIARIO «CLARÍN»
Huracán es el mejor equipo del momento y está jugando mal. Así que del resto no se puede esperar mucho. Por eso, fuimos sin muchas ilusiones a ver cómo Chacarita iba a tratar de amargarle la tarde a la gente de Patricios. En realidad, a lo largo de los 90 minutos no nos dimos cuenta qué querían hacer los funebreros.
El aglomeramiento en la franja central fue tan confuso que resultaba imposible frenar el balón. Para colmo, quienes lo tomaban en lugar de hacerlo circular a ras del piso, empecinaban en lanzarlo por arriba, originando otros borbollones cercanos. Así a lo largo de todo el partido. De tanto en tanto aparecía la figura de Larrosa o la de Astigarraga, quienes intentaban hacer algo diferente, empero se frustraba rápidamente cualquier deseo. Ni Houseman estaba para el diálogo.
Por el lado de Huracán las intenciones eran parecidas («Ahora nosotros tenemos que enfriar, no es muy conveniente arriesgar, falta muy poco para el fin», nos decía Larrosa). En una de las pocas jugadas de riesgo Quiroga casi marcó. Del otro lado, la mayor inquietud la creó un cabezazo de García Cambón que se fue desviado. A medida que transcurría el tiempo, García Cambón se quedaba más solo. Lo mismo le ocurría a Scalise. El imán tiraba. El aglomeramiento iba creciendo paralelamente a los errores. Tomaba la pelota un hombre de Chacarita y se la entregaba a otro de Huracán. Y la escena volvía a repetirse al revés. Todos a mano. La gente de la platea se tomaba la cabeza. ¡Cómo se puede jugar tan mal!
Pensándolo bien, creemos que el gol hubiera estado de más. Era mucho lujo para «eso» que habían realizado Chacarita y el casi campeón.