La urbanización del Barrio Fraga avanza rumbo a una inminente etapa final. Denominado originalmente Villa Fraga o Playón de Chacarita, su población creció de modo veloz en el transcurso de los últimos años. Formada a fines de los 90/inicio de los 2000, alcanzó tal propagación que al igual que otros barrios de emergencia, fue creciendo tanto a lo largo y ancho como a lo alto, cuando el área ya no bastó para albergar más viviendas.
Hasta que el Gobierno determinó, hace un par de años, el reemplazo de las casas precarias por un complejo habitacional que probablemente, pronto será inaugurado. Esto, más allá de los flamantes edificios y la instalación de comercios en la planta baja de los mismos, trajo la consecuencia directa de la apertura de calles y avenidas. A principios de 2018, ocurrió con la comentada prolongación de Triunvirato, a la que alargaron por alrededor de setecientos metros para que una las avenidas Federico Lacroze y Elcano. También sucedió algo similar con Teodoro García, que aunque fue prolongada por una cantidad de metros considerablemente menor –cerca de media cuadra- ahora llega desde la intersección de Fraga y Forest, hasta el nuevo tramo de Triunvirato.
Pero además, se abrieron otras tres calles. Las mismas penetran en el remozado barrio, atravesando el complejo habitacional e iniciándose en la prolongación de Triunvirato, de manera paralela a la ya estrenada Teodoro García. Las tres poseen una extensión de una cuadra y están asfaltadas. En la actualidad, desde el exterior se observa que ya hay edificios en los cuales viven vecinos y vehículos estacionados junto a los cordones de las veredas. En otros, todavía esto no ocurre. Entretanto, las arterias mencionadas tampoco recibieron su nomenclatura.
Si se realiza una inspección ocular de la zona, podría llegarse a la conclusión de que no sería descabellado denominarlas, simplemente, con el mismo nombre que las calles tienen desde Guevara hacia Fraga (es decir, Zabala y Céspedes) y desde Fraga hacia Forest (o sea, Palpa). Sin embargo, las trazan no coinciden en forma exacta, con lo cual tampoco sería ilógica la idea de brindarles una nueva nomenclatura.
De ser así, el mapa porteño contaría a partir de 2020, con de tres nuevos integrantes en un listado que excede los dos mil.

