Desde la esquina de Gaona y Donato Álvarez, comencé a recorrer la Plaza Irlanda, inaugurada en 1927 y una de las más grandes de la ciudad. En primer lugar observé una placa de homenaje al escritor James Joyce del 28-8-2001, en conmemoración del 60º aniversario de su fallecimiento. También el monumento Idilio del escultor Pablo Tosto. Sobre la calle Seguí, en el otro extremo de la plaza, están los colegios Santa Brigida (fundado en 1899 por familias irlandesas) y el Monseñor Dillon, perteneciente a la Asociación Católica Irlandesa.
Hay en Plaza Irlanda varios sectores de esparcimiento, destacándose las mesas con tableros de ajedrez y la Calesita de Don José, símbolo del lugar, desde 1950. Otras estatuas que se encuentran son las llamadas La Caridad y La Fe. Además se puede encontrar una ornamentación metálica que lleva un párrafo de la novela El Viejo y el Mar, de Ernest Hemingway, grabado sobre ella.
Finalmente se observa el mástil de la plaza, obra del escultor Luis Perlotti, ex vecino de la zona, inaugurado en 1935, y el busto de un caballito colocado allí el 12-10-2015, en conmemoración del 88º aniversario de Plaza Irlanda.
Prosigo la caminata por Donato Álvarez y doblo a la derecha por Felipe Vallese -ex Canalejas-, calle así denominada en recuerdo al trabajador que fuera allí secuestrado y que permanece desaparecido desde 1962, encontrándose en el lugar dos placas colocadas en homenaje a su memoria. Vuelvo a Donato Álvarez: al 500 está el Teatro Calderón, donde se dan clases de diversos rubros; al 400, la Escuela de Cadetes del Ejército de Salvación.
Al llegar a la esquina de Avellaneda camino unos metros hacia la derecha: en el 1841 está la casa donde vivía Juan Gálvez, el mítico campeón del Turismo Carretera, con una placa de homenaje de 2013, año del cincuentenario de su accidente fatal. Enfrente se ubica la Plaza del Ángel Gris (ex Plaza Aramburu), inaugurada en 1980. El cambio de nombre se hizo para homenajear al personaje de Alejandro Dolina.
En la plaza hay una gran cantidad de palmeras, plantadas desde fines del siglo XIX, cuando en el lugar funcionaba el Sanatorio Flores. También se ve hacia el centro de la plaza la Pagoda Dapotap, donada por la República de Corea en el Bicentenario de la Revolución de Mayo. Más adelante, en la esquina de Donato Álvarez y Bacacay, está el Patio de los Lecheros –actualmente, un patio gastronómico-, donde en la antigüedad funcionaba la Estación del Ferrocarril Oeste, a la cual llegaban los vagones lecheros desde zonas tamberas.
Continúo caminando. Después de cruzar las vías del Ferrocarril Sarmiento llego a la Avenida Rivadavia. Al 6280 se encuentra el Templo Nuestra Señora de Lourdes, que tiene una reproducción de la gruta dedicada a la Virgen María en Francia. Siguiendo por Rivadavia al 6500, sobre la derecha se aprecian algunas casas antiguas, destacándose una con seis columnas de estilo griego, mientras que en la esquina de Caracas está la Escuela Florencio Varela, en un imponente edificio, declarado Patrimonio Histórico de Buenos Aires.
Llego entonces (entre Fray Cayetano y Artigas) a la Plaza Pueyrredón, popularmente conocida como Plaza Flores, frente a la cual se encuentra la Basílica San José de Flores, inaugurada en este predio en 1883. Sobre la vereda hay imágenes de San José y de la Virgen de Luján, esta última, donada por la Sociedad de Peregrinos a Pie. A los costados de la iglesia se encuentran los Pasajes Salala y Pescadores, que llegan hasta Ramón Falcon, y junto a la Basílica está el edificio del Banco de la Nación, de un estilo arquitectónico similar.
En esta zona de la Avenida Rivadavia se construyó el Centro de Trasbordo Flores, caracterizado por la presencia de las paradas de las 22 líneas de colectivos que por allí circulan.
Continuará…
Andrés Rosen
Foto: uno de los costados del edificio del Banco Nación, al que rodean los pasajes Espejo y Salala, la Avenida Rivadavia y la calle Pedernera.