Hoy estoy agradecida por lo poco que poseo, que para mí es mucho. Estoy feliz porque puedo ver todavía, para escribir mis versos y porque tengo algunos que me aman, pero sobre todas las cosas comprendo que soy humana y que día tras día aprendo de mis errores.
“Qué será, será, la vida te lo dirá…”, dice una canción. Y así es como a pesar de todo me es agradable soñar, soñar con proyectos nuevos, con la dicha de vivir, con la alegría de ver que transcurre un día más ,con mi esperanza lanzada al aire y con la emoción que siento al poder expresar mis sentimientos.
Quisiera volar y volar hasta lo más alto del cielo, más allá del firmamento para besarme con el sol por la mañana y con la luna por la noche, sentirme atraída por los planetas y volver sana y salva a mi hogar…
Una página en blanco ¿qué significa? Una vida por vivir, para cantar, para escribir un poema y sobre todo, para amar y ser amada.
Casa de mi infancia, quisiera vivir bajo tu techo ahora, con tu lindo comedor, tu cocina grande, tu jardín con flores de todos los colores y rodeada del amor de mis seres queridos.
A mis queridos abuelos, Bobe Liebe y Zeide Mendl: los recuerdo, eran el uno para el otro. A veces pasaban algunos meses en mi casa. Mi mamá los cuidaba con el mismo amor que le brindaba a sus propios padres, y no me olvido de las muchas tardes que pasaba junto a ellos disfrutando la merienda.
Hoy vi tus cuadros y gocé enteramente del colorido de los mismos, de tus figuras iluminadas por una luz clara, y aunque no sé quiénes los crearon con tamaña maestría, se veían tan bellos y únicos que sentí la íntima necesidad de contemplarlos.
Yo escribo con mi alma, mi fe y mi corazón cada relato, cada descripción de algo o de alguien. Son recuerdos que surgen, a veces desordenados, pero siempre con la mejor intención, la de homenajear a tanta gente querida que pasó y sigue pasando por mi vida.
Sólo pido paz, salud y amor para el mundo; para todos los seres que amo, mi familia y mis amigos, a todos les deseo felicidad eterna, que no exista rencor entre ellos, que disfruten del mero hecho de estar vivos.
Raquel Seltzer