Desde la esquina de Alsina y Pichincha, comienzo a caminar por esta última hacia Avenida Rivadavia, pasando después de cruzar Hipólito Yrigoyen, frente a la Iglesia Evangélica “Gracia y Gloria Filadelfia”, en cuya fachada está la frase pronunciada por Jesús: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre sino por mí”.
De inmediato, al llegar a Rivadavia, doblo a la izquierda. A las dos cuadras se halla la boca de entrada de la Estación Alberti del Subte A, que tiene la característica única entre las líneas del subterráneo porteño, de que sólo está habilitado para subir y bajar pasajeros el andén en dirección a San Pedrito; el opuesto, conocido como “Alberti Norte”, fue clausurado en 1951, situación que se repite, pero en sentido inverso -hacia Plaza de Mayo-, en la estación Pasco, situada a dos cuadras de distancia. En su caso, también en 1951 fue clausurada la estación “Pasco Sur”.
Continúo caminando por Rivadavia. En una zona de intenso movimiento comercial, se destaca la gran cantidad de compradores que recorren los negocios de venta de artículos escolares. Es la época previa al comienzo de las clases, por tanto, la intención es la de aprovechar la diferencia de precios respecto a otros barrios de Buenos Aires y el Conurbano. Entretanto, en la esquina de Rivadavia y Jujuy, frente a Plaza Miserere, una sucursal de la pizzería “La Americana”, ocupa el local de la que fuera la histórica Confitería “La Perla del Once”, que cerró sus puertas en 2017. Había sido declarada en 1994 Sitio de Interés Cultural de Buenos Aires, ya que allí fue compuesta “La Balsa”, tema considerado fundacional del rock nacional. Se observa en el frente del local, además, una placa con un fragmento de la novela de Jorge Asís, “Flores Robadas en los Jardines de Quilmes”, donde se menciona precisamente a la Perla del Once.
Prosigo mi recorrido por Avenida Jujuy, pasando -entre Hipólito Yrigoyen y Alsina- frente al Liceo 10 “Ricardo Rojas. Al llegar a la esquina de Moreno, en la vereda de enfrente, está la Plaza “Manzana 66”, inaugurada a fines de 2018 gracias al esfuerzo de los vecinos del barrio, en un predio originalmente destinado a la construcción de un estadio, y en el cual funciona la Escuela Infantil 6.
Al cruzar Avenida Belgrano, está la boca de entrada de la Estación Venezuela del subte H, mientras que en Jujuy 425, en la vereda de enfrente, se erige el edificio “Dr. Enrique Scholnik”: funciona allí el Instituto Argentino del Envase. Poco más adelante, pero en la vereda Este, se encuentra el Registro Nacional de las Personas, y nuevamente en la acera opuesta se ubica la sede central de la Asociación de Farmacias Mutuales y Sindicales de la República Argentina.
Más adelante, cruzando Venezuela, se logra apreciar el edificio perteneciente a la Sastrería Brukman, donde aproximadamente 20 años atrás, se desarrolló un importante conflicto con sus trabajadores (actualmente se lo ve en estado de abandono). En Jujuy y México, está la Plaza Velazco Ibarra, que posee una placa sumamente deteriorada, en recuerdo de los trabajadores militantes detenidos-desaparecidos del Hospital Francés, situado a pocas cuadras del lugar. En las paredes del patio de juegos de la plaza, unas bonitas pintadas contienen estas inscripciones: “Cuidemos la Plaza” y “Trascender es seguir Viviendo”. Finalmente, a dos cuadras, en la esquina de Jujuy y Avenida Independencia, se halla la ENET 25. En la vereda hay varias placas en homenaje a estudiantes desaparecidos que cursaban en dicha escuela técnica.
Andrés Rosen