Ayer presencié un evento maravilloso. Se trataba de un homenaje al músico Astor Piazzola. Si bien comparar no es bueno “Chiquilín de Bachín” es una pieza musical única, con la sensación que deja el texto bien logrado de Horacio Ferrer. Quedé subyugada por la opera “María de Buenos Aires”, tanto como con tus cuatro estaciones porteñas, que me cautivaron transportándome a Corrientes, Obelisco y Diagonal. Y es la belleza de tu música al marcar el compás del bandoneón.
Si no fuera por mi fe… Qué sería de mí sin ti, Dios. Qué bello es creer en ti, tenerte a mi lado día a día y noche tras noche, mientras palpita mi corazón aceleradamente. Tú das vida a mi ser, das forma a mis ideas, das plenitud a mi diario vivir, a pesar de todos mis desvelos.
Yo te veo de corta edad y baja estatura, junto a tu abuelo respiraste el aire puro de tus montañas, y aunque tenías una enfermedad, por suerte o por un milagro te curaste. Alto, espigada tu figura, dabas envidia por la elegancia que tenías con tu impecable traje blanco. Y aunque tus desdichas te ocasionaron dolor y la vida te golpeó, a todos amaste.
Te tengo presente, vives en mi mama, tú me contaste de los paisajes de nuestra amada Patria, de la querida Córdoba, de las limpias veredas de Mendoza y de las soleadas playas bonaerenses. Y te deseo República, que renazcas otra vez.
Querida prima, hoy te escribo esta carta, no importa si la puedes leer o no. Te admiro. Te quiero hoy menos de lo que mañana te amaré, y te busco en todos los lugares dentro de mi corazón, hasta encontrarte siempre en un rincón de mi alma, diciéndome hola amor.
Paisaje hermoso de Chascomús, lo que más me impactó fue tu laguna brillante, digna de ser recordada por todos. No puedo olvidar el sabor del pejerrey que pude degustar en la costanera contemplando la belleza sin fin de tus aguas que semejan un espejo.
Me estremezco de gozo cuando veo tus cuadros de colores brillantes, tus dibujos maravillosos que representan imágenes de la vida cotidiana, y tus naturalezas muertas. Admiro tus oleos retratando el torso de una bella mujer y tus pinturas naif con paisajes de casitas y flores.
Hoy me pregunto por qué se prioriza a la madre y no al padre, ya que su importancia no es menor. Las razones no las conozco, aunque las supongo, ya que distinta es la perspectiva según lo contesten la sociología, el derecho y la filosofía.
De mi madre heredé el don del canto y pude cantar en un coro los Salmos de David. No pude tejer o bordar como ella me enseñó pero lo intenté siempre, porque lo importante en la vida es no rendirse ante las adversidades. Ahora quiero disfrutar mi existencia, estoy agradecida por lo poco que poseo, que para mí es mucho. Puedo escribir mis versos y tengo afectos pero por sobre todas las cosas, soy humana y aprendo cada día de mis errores.
Raquel Seltzer