En las dos últimas fechas de la temporada 1987/88, Midland no sufrió derrotas. Este sería el punto de partida de una espectacular serie que llegaría a los 50 partidos invicto. En 1988/89 los de Libertad se llevarían el título de Primera D. Su serie se prolongaría hasta la décima fecha del torneo de 1989/90 de Primera C, cuando Midland cayó en Junín por 1 a 0 ante Sarmiento. Su invicto se compuso de 36 éxitos y 14 empates, abarcando un período de un año, 6 meses y 26 días. Esta marca, es récord absoluto para todas las categorías del fútbol argentino.
Algo notable del caso Midland, es que su técnico, Carlos Ribeiro, había llevado a Atlético Lugano al ascenso la temporada anterior, gracias a una campaña que tuvo un invicto de 28 partidos. El entrenador y siete jugadores, firmaron para el Funebrero de Libertad al concluir aquel exitoso campeonato, y en su nueva institución, superaron la que ya había sido una actuación memorable.
Victoriano Arenas quedó desafiliado por un año en 1987/88. En dicho torneo realizó una muy mala campaña, saliendo último con 11 puntos y 119 goles en contra en 38 partidos. Luego del trago amargo, el club de Valentín Alsina volvería con todo… En su regreso, el equipo merodeó la mitad de tabla y en la temporada siguiente, obtuvo el título que lo depositó en la C. Esto ocurrió al derrotar ampliamente a Puerto Italiano en la final: igualaron 1 a 1 en Villa Dálmine, y Arenas goleó 5 a 1 en el estadio de Arsenal.
En esta misma línea, es digno de mención lo acontecido con Centro Español, que quedó desafiliado en la temporada 1988/89, y tuvo una magnífica actuación en su retorno. A tal punto que compartió el primer puesto de la Zona A con el citado conjunto de Puerto Italiano. Fue necesario un desempate para determinar quién jugaría la final con Victoriano Arenas. Lo llevaron a cabo en el estadio de Flandria, y después de una igualdad sin goles, las ejecuciones desde el punto del penal le dieron a los de Campana el pasaje a la final. Luego, Centro Español también caería en las semifinales del octogonal, a manos de Fénix.
Con respecto al rendimiento de Centro Español el año en que fue desafiliado, también amerita un comentario, ya que el equipo terminó en el noveno puesto, lo que incluso le hubiera permitido clasificar al octogonal por el segundo ascenso. Sin embargo, el bajo promedio que arrastraba lo privó de continuar participando.
Un curioso torneo se disputó en la temporada 1990/91, entre los equipos que no clasificaron para la final por el título ni el Reducido por el segundo ascenso a Primera C (por supuesto, tampoco los dos clubes que por promedio, quedaron desafiliados por un año). Al término del certamen regular, estos equipos jugaron un hexagonal cuyo ganador adquirió el derecho a entrar de antemano al Reducido de la siguiente temporada, la 1991/92. Se midieron en diez fechas, a partido y revancha, y quedaron con este orden en la mini-tabla: Barracas Central, San Martín, Central Ballester, J. J. Urquiza y Yupanqui. La competencia no finalizó allí sino que, por haber igualado el primer puesto con 13 puntos, Barracas y San Martín tuvieron que desempatar. Lo hicieron en el estadio de El Porvenir y ganaron los barraqueños 1 a 0. Lo interesante es que Barracas sería el ganador del octogonal 1991/92 y subiría a Primera D. No hizo falta que apelara a este hexagonal 1990/91 para obtener su derecho a jugar el Reducido 1991/92, ya que salió cuarto en la tabla general y accedió de todos modos.
Brown de Adrogué descendió de la C al cabo de la temporada 1989/90 y volvió a subir en el campeonato siguiente. En su camino al ascenso, los Tricolores protagonizaron un caso llamativo, pues no suele darse que en instancias definitorias haya grandes goleadas. Sin embargo, en la semifinal de ida de este torneo, Brown derrotó nada menos que por 7 a 0 a Juventud Unida. En la revancha ganó 3 a 0 y pasó a la final del Reducido, donde superó a Fénix. Aquí, fue necesario llegar a un tercer partido, porque tras la llave regular, quedaron empatados en puntos y goles. El cotejo definitorio se jugó en Laferrere y los de Adrogué vencieron por 3 a 0.
No la pasó nada bien Sportivo Barracas desde que entró en vigencia la reglamentación mediante la cual los dos equipos de menor promedio de la D, se desafiliaban por un año. El Sportivo padeció esta normativa a partir del primer campeonato (1986/87) y por cuatro temporadas consecutivas, dado que cuando volvía a la competencia, sus pobres campañas lo condenaban nuevamente a quedar al margen de la AFA por un año. Finalmente, en la temporada 1994/95, terminó noveno en la tabla del promedio y eludió lo que hubiera sido su quinto descenso en fila. Con excepción de 2011/2012, nunca más sufrió una desafiliación. En 2003/04, con el nombre de Barracas Bolívar, ascendió a la C, si bien más adelante volvería a bajar de categoría.
El viejo Ferrocarril Urquiza (actual UAI Urquiza) padeció algo similar que Sportivo Barracas. En total, quedó seis veces desafiliado, siendo consecutivas cuatro de ellas: entre 1989/90 y 1995/96. En 2009/2010, ya con su nueva denominación, salió campeón y nunca más bajó a la D. Lo de Urquiza constituye un récord, aunque compartido con Muñiz, que también padeció seis desafiliaciones. Las últimas tres fueron de manera consecutiva. La de 2009/2010, fue la última.
Atlas también integra el grupo de los perseguidos por el bajo promedio. En su caso, fueron cinco las veces que desafilió, cuatro de ellas (las cuatro últimas), consecutivas. La última vez que lo sufrió fue en 2003/2004. De a poco, dejó de mirar los promedios para prenderse arriba, hasta que en 2001, luego de unas cuantas frustraciones, logró el ascenso a la C.
Foto: Midland ‘88/89, récord absoluto del fútbol argentino (@SC_ESPN).