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BARRIOS & FÚTBOL

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En 2022, hay apenas once equipos en Primera D. Es necesario remontarse hasta 1956 para hallar una situación similar. En aquel año fueron diez los competidores, mientras al año siguiente fueron doce, y la cifra comenzó a aumentar progresivamente.

En relación a los participantes de 1956 y los de 2022, hay uno solo en común: Deportivo Muñiz. El resto milita en categorías superiores (Almirante Brown –campeón de aquel torneo-, General Lamadrid y Deportivo Merlo, que en ese entonces se llamaba 9 de Julio) o dejaron de competir (Juventud de Bernal, Sportivo Palermo, Pilar, Central Argentino, La Paternal y Macabi).

En 1957, el número de los competidores subió a doce, de modo que son dos los equipos de aquella temporada que coinciden con la “2022”, casualmente, dos vecinos de la zona de San Miguel, en el noroeste del conurbano bonaerense: Juventud Unida y el mencionado Muñiz.

Muñiz logró el primer campeonato de Primera D disputado con el nuevo calendario, implementado a partir de la creación del Nacional B. En 1986/87 el Deportivo ganó su zona (la A) y en la final, se midió con Brown, ganador de la Zona B. A pesar del júbilo que deparó aquella vuelta olímpica, para ambos clubes las realidades serían muy diferentes. Los de Adrogué obtuvieron el ascenso esa misma temporada, a través de Reducido, y nunca más descendieron a Primera D (con excepción de un año, 1990/91, en el que habiendo bajado, volvieron a subir de inmediato). En cambio, una gran escalada, con el tiempo los llevó hasta la B Nacional, categoría en la que fueron protagonistas por el ascenso a la máxima categoría. Con respecto a Muñiz, descendió de la C en 1989/90 y nunca más volvió a subir.

No suele darse que una final “mano a mano” por el ascenso, se produzca entre clásicos adversarios. En 1986/87. Esto aconteció entre Brown de Adrogué y San Martín de Burzaco, que arribaron al cruce decisivo por el segundo ascenso a Primera C. El Tricolor se impuso de ida (2-1 en Banfield, siendo local) y de vuelta (4-1 en Temperley, como visitante).

En 1986/87, por primera vez en la historia de la menor de las categorías, se puso en práctica el sistema de desafiliaciones, con dos equipos que, por ser los últimos en la tabla de promedios, quedarían al margen del torneo por una temporada. En el último puesto terminó Ferrocarril Urquiza, mientras Sportivo Barracas y Fénix compartieron la anteúltima posición y tuvieron que desempatar. El partido se jugó en el estadio de Sacachispas y Fénix lo ganó 2 a 0, manteniéndose en la divisional.

Otro hecho para destacar, es que Fénix había salido quinto en su zona. En circunstancias normales, esto significaba que debía jugar un partido con el quinto de la otra zona (en este caso Sportivo Barracas) para dilucidar quién conseguiría la última plaza para el Reducido. Cuando Fénix venció a Sportivo Barracas y mantuvo su lugar en el campeonato, también consiguió el derecho de enfrentar a Sacachispas, el sexto del otro grupo, pues Sportivo Barracas, el quinto, acababa de ser desafiliado al caer justamente ante Fénix. Es decir que ocurrió una atípica situación: las instituciones tenían que haber jugado para definir un lugar en el Reducido pero lo hicieron para ver quién desafiliaba y quién no.

A propósito del cruce posterior entre Fénix y Sacachispas, fueron dos encuentros, ida y vuelta, en la misma cancha: Barracas Central. El vencedor de la llave fue el club de Villa Soldati, que obtuvo el pasaje para el mini-torneo de ocho equipos que consagraría a Brown de Adrogué como segundo ascendido de la temporada. Resultan llamativas las fechas en que se disputaron ambos cotejos: 27 y 30 de diciembre.

En la temporada 1986/87 Barracas Central tocó fondo. Con 11 puntos en 20 presentaciones, ocupó el último lugar en las posiciones de la Zona B. Nunca, un representativo barraqueño había estado tan abajo en la quinta categoría de AFA. Sin embargo, pronto comenzaría un progresivo ascenso, y 35 años después de aquella pálida actuación en Primera D, llegaría a la máxima categoría del fútbol argentino.

Con respecto a clásicos rivales, para los del barrio de Barracas en concreto, la temporada 1988/89 de Primera D no fue una más. El Sportivo regresaba de la desafiliación por un año, pero como consecuencia de otra pobre campaña, le tocó volver a quedar al margen de los torneos organizados por AFA en 1989/90 (esta vez junto a Centro Español). Entretanto, Barracas Central evidenció una notoria mejoría, en comparación con lo que había sucedido dos años antes, cuando salió último en su grupo, aunque mantuvo la categoría gracias a su buen promedio. En esta oportunidad, el conjunto albirrojo salió cuarto en la tabla general, ascendiendo a Primera C luego de vencer a Sacachispas en la final del octogonal. A pesar de tan diferentes rendimientos, los dos partidos entre ambos salieron igualados, 0-0 y 1-1. Estos empates, le dieron al Sportivo dos de los escasos nueve puntos que obtuvo durante la temporada.

Foto: Barracas Central, uno de los ascendidos de la temporada ‘89/90 (josecarluccio.blogspot.com).

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