Hoy: Línea 41.
Anochecer de un sábado 21 de diciembre. El primer día del verano no ha llegado trayendo consigo el calor tradicional. En cambio, una temperatura más afín al otoño lo envuelve. La Avenida Cabildo está atestada. No se trata de un hecho aislado sino que representa una muestra de lo que estaría aconteciendo en tantísimos centros comerciales: el gentío invade las veredas, husmea vidrieras e incursiona en negocios, caminando dificultosamente con bolsas y paquetes. Y como las fechas así lo demandan: ¡a comprar se ha dicho!
En el interior del 41, todo ese panorama se avizora a la distancia, desde el carril central denominado Metrobús. El colectivo cruza Monroe en dirección Norte y una cuadra más adelante, en la esquina de Pedro Ignacio Rivera, un gigantesco afiche anuncia la proyección de la renombrada e histórica Star Wars. La película, la dan en el Cinema City, durante mucho tiempo, llamado a secas, General Paz.
Arriba del vehículo, se reitera la manga larga, a tono con el sorpresivo fresco de la primera jornada estival. En las inmediaciones de la Avenida Congreso el vehículo se llena y el chofer gira a la derecha, tomando, precisamente, esa arteria, que divide Núñez de Belgrano. Así será por siete cuadras, ya que cuando deja atrás Zapiola, hará su ingreso al barrio de Coghlan.
Dos chicas que van paradas dialogan sobre un negocio de indumentaria, aparentemente, de conocida marca. Una le informa a la otra que hay famosos que se visten en ella, pero que, con mutuo consentimiento, luego de usar la ropa, la devuelven. Ambas mujeres logran sentarse juntas. Es una señal de que, tan rápidamente como se llenó, la unidad comienza a vaciarse. Esto es notorio en cercanías al viaducto de Congreso, por donde el 41 cruza las vías del Ferrocarril Mitre, entre las estaciones Coghlan y Saavedra. Una vez hecho esto, ya se encuentra dentro de Villa Urquiza.
“Tu festejo mata animales”, dice una leyenda escrita en aerosol, sobre la persiana baja de un negocio de venta de pirotecnia, perteneciente a una empresa especializada en el rubro. Segundos después, el conductor toma Mariano Acha a la derecha. La marcha se vuelve más veloz. Enseguida, lo recibe el barrio de Saavedra. A la derecha, aparece la plaza Alberdi, iluminada por luz artificial y envuelta en las primeras sombras de la noche. Adentro de la unidad, las luces también están prendidas y unos cuantos asientos, libres.
En la Avenida Ricardo Balbín el chofer gira a la izquierda. No más de cinco minutos más tarde, luego de pasar junto al emblemático Parque Sarmiento y trasponer la General Paz, abandonará la Ciudad de Buenos Aires, siendo acogido por el partido de Vicente López y la localidad de Villa Martelli.