Acaba de finalizar octubre y vuelvo a recordarte, mamá, ya que tu cumpleaños solía coincidir con el Día de la Madre, por eso tenías la mala suerte de recibir un solo regalo. Pero el amor hacia ti realmente se duplicaba… Preferías recibir plantas y flores que con delicadeza cuidabas, como a todas las que crecían en nuestro jardín, al que dedicabas muchas horas para mantenerlo siempre hermoso.
Recuerdo sus maravillosas manos de cocinera, los deliciosos platos que preparaba, dulces y salados, muchos de los cuales aprendió a realizar observando a su madre, mi abuela Sara, una especialista en los típicos platos del recetario judío. Nos deleitaba especialmente para las fiestas, tanto de Pésaj como Rosh Ha Shaná.
Sigo con el tema culinario y ubico mi memoria en Doña Petrona, cuyo libro de recetas aún conservo como a un tesoro invalorable. Siempre la veía en las magistrales clases que daba por televisión, en la época del blanco y negro y sólo cuatro canales, en aquel hermoso programa llamado “Buenas tardes mucho gusto”, un ciclo que durante más de veinte años se mantuvo entreteniendo y enseñando a millones de televidentes.
Hoy disfruté cocinando un plato de vegetales a la plancha, con morrones, zapallo y zapallitos. Si bien ya no tengo la misma habilidad de años atrás, todo salió bien. Puse en esta tarea todo mi empeño y dedicación, y realmente disfruté al hacerlo.
Años atrás leí un fantástico libro llamado “Y La Biblia Tenía Razón”. Su autor, arqueólogo, dempstró con sus investigaciones la veracidad de los sucesos narrados en las Sagradas Escrituras, que no sólo tiene que ver con cuestiones de fe sino que son relatos de hechos auténticos.
Otro escritor que me impactó con sus obras fue Erich Fromm, en especial en “El Miedo a la Libertad” y “El Arte de Amar”, donde rescata los valores morales del ser humano y de cómo éste debe aplicar sus virtudes para un mejor desarrollo en la vida cotidiana.
Raquel Seltzer
Foto: Petrona C. de Gandulfo (ciudadnueva.com.ar).