Avenida de Mayo entre Lima y Salta. Al 1144 hay una placa, de 2006, que designa a la fachada de este edificio como la mejor conservada del barrio de Monserrat. En la vereda de enfrente está la sede de la Unión Industrial Argentina, en un antiguo edificio del cual se destacan la belleza de sus cúpulas, lo mismo que en otros edificios de la cuadra. Casi llegando a la intersección con Salta se levanta el edificio “Cassará”, sobre cuya pared se ve una placa de 2011, destacando el premio que obtuvo al ser designado como el de mejor intervención en el casco histórico. A su lado, al 1194, una placa recuerda que allí funcionaba el bar “El Internacional”. Hay otra placa más, esta, en homenaje a Benito Blanco Álvarez, una importante personalidad de la colectividad española que trabajó en el mencionado bar al poco tiempo de llegar a nuestro país.
La esquina de Avenida de Mayo y Salta fue designada como “Esquina de la Hispanidad” (tal como lo afirma una placa colocada en 2003), ya que en el mencionado edificio “Cassará”, funcionó hasta hace poco tiempo el bar “Iberia”. En la ochava opuesta estaba el bar “Español”, donde durante la guerra civil española, entre 1936 y 1939, se produjeron enfrentamientos entre simpatizantes de ambos sectores de la trágica conflagración, los que ocupaban, separadamente, estos bares. El “Iberia” era el segundo más antiguo de la ciudad, después del Tortoni, pues fue inaugurado en 1897. Aún conserva sobre sus vidrieras una carta de precios, con valores claramente desactualizados, posiblemente de unos pocos años atrás.
En la misma esquina, pero cruzando la avenida, está el restaurante “Plaza Asturias”, que también ofrece comida típica española. A mitad de cuadra, entre Salta y Santiago del Estero, se encuentra el Teatro Avenida, fundado en 1908 y reinaugurado en 1994. Poco más adelante, casi en la intersección con Santiago del Estero, hay un mural con pintadas alusivas a las Madres de Plaza de Mayo. Justo en la esquina, una placa de la Embajada de Portugal destaca que en ese lugar vivió el escritor y diplomático portugués Abel Botelho. En la vereda de enfrente se logra apreciar un monolito que lleva una placa en recuerdo de Darwin Passaponti, quien falleciera en ese lugar, en un enfrentamiento producido la noche del 17 de octubre de 1945,desde entonces conocido como el “Día de la Lealtad” por el movimiento peronista.
Desde allí vuelvo a cruzar Avenida de Mayo. Al 1370 se ubica el Palacio Barolo, edificio de oficinas inaugurado en 1923 (en ese momento, el más alto de la Ciudad de Buenos Aires). Ingreso al hall, observando que además tiene salida a Hipólito Yrigoyen. Me llamó la atención la presencia de los antiguos ascensores con puerta tijera, aparte de un cartel explicativo sobre la historia del Barolo. Hay también una placa que recuerda la presencia del Intendente Municipal José L. Cantilo en 1921, al iniciarse su construcción.
Sigo caminando por Avenida de Mayo… Después de atravesar San José, frente al 1437, hay una placa de la Asociación de Fomento Monserrat, que destaca la fachada de ese edificio como la mejor conservada del barrio. En esa cuadra me llamó la atención la imponencia de las cúpulas de varios edificios. A continuación, sobre Luis Sáenz Peña, lo que me sorprendió un cartel con la inscripción “Nahuel Briones quiere ser tu mascota”. Esto último, resultó ser una promoción referida a este compositor y cantante argentino.
Continuará…
Andrés Rosen