Otro de los trascendentales cambios que transformaron el tránsito de la Ciudad de Buenos Aires, fue la creación del Metrobus, o sea, la instalación de carriles exclusivos para los colectivos, con el objeto de agilizar el transporte de pasajeros, privilegiándolo por sobre el tránsito particular.
El primero en ser inaugurado fue el Metrobus de la Avenida Juan B. Justo, en mayo de 2011, utilizado en toda su extensión (entre los barrios de Palermo y Liniers) por las líneas número 34 y 166, y en cortos tramos, por otras líneas. Por ejemplo, 53, 99, 109, 110 y 172. El tiempo de viaje en el recorrido completo disminuyó en un cuarenta por ciento, favoreciendo así a una enorme cantidad de pasajeros. Al mismo tiempo y como contrapartida, los automóviles particulares, taxis y camiones, se vieron obligados a circular solamente dos carriles. Por consiguiente -lo digo desde mi perspectiva de taximetrero- en varios sectores, convenía efectuar el recorrido por las calles paralelas, y no por Juan B. Justo.
Dos años después, en julio de 2013, se inauguró el Metrobus 9 de Julio, en casi toda la extensión de esta avenida, entre Arroyo y San Juan, empalmando con la Autopista Presidente Illia hacia el norte y con la Autopista Presidente Frondizi hacia el sur. En consonancia, las líneas de colectivos que circulaban por las angostas calles del microcentro porteño, como Maipú y su continuación Chacabuco, Esmeralda-Piedras y Suipacha-Tacuarí, fueron derivadas hacia el Metrobus. En esta nómina se encuentran las líneas 9, 10, 17, 45, 59 y 70. Posteriormente estas arterias se transformaron en peatonales y de movilidad reducida.
Además, dejaron de circular por Cerrito-Lima y Carlos Pellegrini-Bernardo de Irigoyen, las líneas 59, 67 y 100. Por último, a partir del 18 de marzo de este año, la línea 39 pasó al Metrobus desde Talcahuano-Santiago del Estero y Libertad-Salta. Sin embargo otras líneas como la 5 y la 111, por motivos que desconozco, no fueron derivadas hacia el Metrobus. En este caso, y a diferencia del Juan B. Justo, los automovilistas y taxistas podíamos andar sin dificultades paralelamente al Metrobus.
En 2013 también se inauguró el Metrobus del Sur, entre Puente La Noria y Constitución, con recorridos por Avenida Cruz-Chiclana, y Avenida Cnel. Roca-Avenida Sáenz-Almafuerte-Brasil.
En junio de 2015 se habilitó el Metrobus por las Avenidas Cabildo-Santa Fe, desde Puente Saavedra hasta Plaza Italia, cuyo único reparo, a mi entender, es la excesiva distancia entre algunas paradas. Esto acontece con el 65 y el 80, que no paran desde Virrey Del Pino y Ciudad de la Paz, hasta Juramento y Cuba.
En junio de 2017 se inauguro otra obra fundamental: el Metrobus del Bajo, por Leandro N. Alem-Paseo Colon, desde San Martín hasta Avenida Independencia, utilizado por gran cantidad de líneas urbanas y por el 195 con su servicio a La Plata, así como el 129 que lo hace por el de la 9 de Julio. En este caso sí se dificultó enormemente el traslado para los autos y taxis, en especial, en el tramo Corrientes-Córdoba.
En mayo de 2019 complementando esta obra, se inauguró el Paseo del Bajo como enlace entre las autopistas Illia y Buenos Aires-La Plata. La trascendental novedad es que fue construida en trinchera bajo las Avenidas Eduardo Madero e Ingeniero Huergo, exclusivamente, para ser usada por camiones y buses de larga distancia, quedando liberadas ambas avenidas para el tránsito liviano hacia el sur y utilizando Alicia M. de Justo hacia el norte.
A mi criterio, es una obra importantísima para beneficiar el tránsito, ya que antes era sumamente difícil y peligrosa la conducción, al estar rodeado por camiones de gran porte. Se favoreció así el ingreso a Puerto Madero por los accesos de Macacha Güemes, Azucena Villaflor y Rosario Vera Peñaloza. Asimismo, se facilitó la llegada a la terminal de Buquebus ubicada en Cecilia Grierson y Avenida Antártida Argentina.
Andrés Rosen
