En 2019 se inauguraron dos obras trascendentales, largamente anheladas por todos los que nos trasladamos por las calles de la Ciudad Buenos Aires, ya sea en taxi, colectivo, transporte de carga o auto particular. Se trata de la elevación de las vías de los Ferrocarriles Mitre -ramal Tigre- y San Martín. Antes de describir detalladamente los alcances y beneficios de estas obras, no puedo dejar de mencionar otro cambio significativo ocurrido en nuestra ciudad hace diez años, en 2011: el ensanche de la Avenida Santa Fe bajo el antiguo Puente Pacifico -construido en 1914-, entre Godoy Cruz y el corredor Avenida Juan B. Justo-Intendente Bullrich, agregando cuatro nuevos carriles para hacer un total de diez, con cinco en cada sentido.
Por este punto de la ciudad circulan 22 líneas de colectivos, por lo cual se manifiesta claramente la importancia de la obra. Guardo como un lejano recuerdo, aquella época en que el paso bajo el Ferrocarril Mitre -ramal R- de Elcano y Crámer, constaba únicamente de dos carriles, uno por mano, y los inconvenientes de tránsito que allí se generaban. La obra del ensanche se hizo en la década de 1980 y gracias a ella se solucionaron gran parte de los problemas para circular con normalidad.
En relación a esta zona de Belgrano R, considero que actualmente sigue siendo necesario un cruce de las vías por Juramento, ya que en dirección Belgrano-Villa Urquiza, no existe ningún paso entre las avenidas Elcano y Monroe, puesto que tanto la barrera de Echeverría como el cruce bajo nivel de Olazábal, son mano sentido hacia la Avenida Cabildo.
A propósito del tema principal de este articulo, la elevación de la traza ferroviaria del Mitre en el Bajo porteño, permitió la eliminación de las barreras de Olleros, La Pampa, Sucre, Juramento, Mendoza, Olazábal, Blanco Encalada y la Avenida Monroe, y la apertura de nuevos pasos en Echeverría y Franklin D. Roosevelt, quedando entonces como única barrera de esta línea ferroviaria la que se encuentra en la calle Ramallo. Como vecino del barrio de Belgrano, deseo destacar, especialmente, los tremendos embotellamientos vehiculares que se producían en la espera de la apertura de las barreras de las calles La Pampa, Juramento y Mendoza, tanto es así que en Juramento solía haber dos cuadras de cola de automotores para cruzarla, llegando la fila hasta Avenida del Libertador, más todavía, cuando en ocasiones, la barrera automática funcionaba mal. En esos casos, líneas de transporte como 15, 29 y 42, optaban por desviarse de su recorrido habitual y dirigirse por el túnel de Avenida del Libertador.
Con respecto al cruce por Echeverría también tengo un recuerdo de mi infancia, acerca de cuando en ese lugar –Echeverría y las vías- existía una barrera y el tren del Mitre, al parar en la estación Belgrano C, quedaba atravesado, obstruyendo el cruce, ya que la formación superaba en longitud al andén que comenzaba a unos metros de distancias, en Juramento.
En referencia al Ferrocarril San Martín, la elevación de las vías permitió la eliminación de las barreras de Honduras, Gorriti, José A. Cabrera, Niceto Vega, Avenida Córdoba, Loyola, Ramírez de Velazco, Avenida Corrientes y la de la estación La Paternal, creándose también nuevos pasos bajo la traza en Castillo, Aguirre y Vera. Por supuesto, destaco especialmente la eliminación de la barrera de Córdoba, que solía tener cuatro cuadras de transito detenido, a la espera de poder realizar el cruce.
Andrés Rosen
Foto: El puente de Elcano y Crámer, situado en la zona limítrofe de Colegiales y Belgrano. Hasta la década del Ochenta, cuando se realizaron obras para mejorar su circulación, tenía un ancho de aproximadamente la mitad de lo que es hoy.
