Hace pocos días se celebró el Día del Maestro. Va mi recuerdo a todos y cada uno de ellos. Los que me formaron y me enseñaron dentro del aula, y además me ayudaron con sus consejos en la vida diaria. Por supuesto va mi homenaje al gran Domingo Faustino Sarmiento, “padre del aula” y “grande entre los grandes”, como dice la letra del himno en su honor.
Tengo alegría en el corazón, porque nuevamente pude escuchar la voz de mi hermano Daniel, que hace casi 50 años decidió iniciar una nueva vida en la lejana tierra de Israel. Gracias a Dios él y su familia, quienes también son mi familia, están bien. Pese a que mi mayor deseo es volver a verlo, comprendo que la distancia es grande y confío que ese momento pronto llegará.
Hace unos días pude ver por televisión un documental mostrando la vida en Jerusalén, la ciudad santa para las tres religiones monoteístas. La emoción me embargó y a duras penas pude contener las lágrimas, recordando aquel lejano momento en el que tuve la dicha de conocerla y orar junto al Muro de los Lamentos. También recorrer sus calles, recordando siempre los versos de la hermosa canción “Jerusalén de oro, de bronce y luz”.
El próximo domingo llega lo que se conoce como el año nuevo judío. Mis mejores deseos de paz y prosperidad. Y ojalá que este nuevo año sea mejor para todos.
En estos días de septiembre un suceso ha conmovido al mundo: la muerte de Isabel II de Inglaterra, después de 70 años de un reinado lleno de distintas emociones: alegrías, tristezas… Contemplo la transmisión televisiva de sus exequias, recordando su sonrisa, su lealtad para con el pueblo que la adoraba y por eso la despide haciendo largas horas de fila, como un último homenaje en su honor.
Veo ahora en mi vitrina la foto de mi amado padre, con su sonrisa amplia, su incipiente calva, sus anteojos y su pequeño bigote blanco. Tenía un gran corazón y ahora, después de tanto tiempo, comprendo algunas acciones que en mi niñez y adolescencia me parecieron demasiado exigentes. Pero sé que todo fue porque él deseaba lo mejor para mí.
Foto: cultura.gob.ar.
Raquel Selzter