Soy otra hoy. Nos reunimos todos los familiares, los amigos y los ausentes… y creo que se debe a la ciencia mi cambio, a mi amor, pero más a la fe que hay en mí.
Podrán perdonarme, pero me gustaría hablar un poco del valor vida y libertad: mientras que la vida es un valor tutelado por todos, la libertad es el mejor canto de esperanza de los pueblos, como nos lo demostraron la Revolución Francesa de 1789, la Independencia de los Estados Unidos de 1776 y nuestra Revolución de Mayo de 1810. Ahora, en Argentina, se debaten temas sociales y teorías económicas, en medio de una crisis mundial, pero yo siempre tengo fe en mi país.
Mi Planta de Naranja Lima es una novela por cuya trama quedé impactada cuando la leí; es que se trata de un chico de corta edad que vive en una zona marginal de Brasil y ama a su planta, a la cual convierte en su confidente. También me recordó a El Principito, ya que ambas tratan temas profundos de la vida.
Hoy que siento una leve sensación de decaimiento, trato de pensar en mi historia de vida y en la de cada uno. La mía fue variable, con muchas buenas sensaciones y otras no tanto. Fue, como se dice habitualmente, una de cal y una de arena.
Aunque tiempo atrás ya he interpretado temas musicales, ahora paso a reseñar lo que expresan las notas que son parte del pentagrama. Especialmente, en algunas obras que me impactaron profundamente como La Cantata del Café de Bach: al ser yo una gran consumidora de dicha infusión me producía enorme satisfacción escucharla, sintiéndome identificada en buena parte por el tema desarrollado. Otros autores de música clásica que recordaré por siempre son Joseph Haydn y Antonio Vivaldi (sobre todo, en la hermosa Gloria), que me transportó hacia mundos ideales.
Cuando escribe un poeta se ve el día más claro que el cielo y las nubes. ¿En quién piensa? Quizás en él o en otro amor. En que el amor cura. En qué si existe el mal, también existe el bien. En que el amor también se expresa en el amor al prójimo y es el sentimiento más fuerte de todos.
Raquel Selztzer
