Yo Digo

MEZCLA GENIAL DE ARTE Y CORAZÓN

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Mezcla genial de arte y corazón de adolescente hecho hombre, nativo o extranjero, cantas como la aurora celestial que nace al alba y muere, tiene futuro eterno en el camino de la vida, en el alma del mundo, haces vibrar las notas de tu piano en la mente de las almas sencillas y puras del pueblo.

Sueño de amor, de vivencias hermosas que enriquecen el cuerpo y el ser, colmado de esperanzas de fe, de salud de vida. De ilusiones que deseamos que se cumplan alguna vez. De felicidad. Hay que transitar por la vida paso a paso, como un niño y una madre que se quieren y se cuidan. Hoy palpita mi corazón a ritmo acompasado, suenan las campanas mientras el niño en lo alto hace sonar el badajo, reza un Padrenuestro cuando al alba canta un gallo.

Sueño y te recuerdo. Por tu ayuda, porque me defendiste. Tu figura es borrosa, tu cabello, tus manos, tu inteligencia, tu voz. Te busco por la pradera y no te vislumbro más que en mi alma, como a Moisés, a mi madre o a mi hermana. Fuiste mi comadre, mi relicario, mi canción de cuna para tu amor. Aunque el alma se te va por la boca y se eleva hacia el firmamento, mientras el sol amanece temprano y se oculta después en la oscuridad en líneas curvas de muchos colores.

Mamá, eres un jazmín, un sol luminoso, una bailarina trapecista, un gorrión. Eres mi amor, mi alma, mi vida, mi pasión, mi fe, mi razón de vivir. Llegaste a mi vida desde lo más profundo del mar, de un torbellino, de una puesta de sol, de una mirada tímida, hermosa como una planta, como un susurro, como un fuego que arde para extinguirse y convertirse en polvo, en tierra del planeta y las estrellas de la noche.

Río claro que surcas la costanera, barcos areneros, gaviotas que llegan a otros lados, quién sabe tu destino incierto, te cubre el cielo infinito, te moja la lluvia, el rocío matinal… y vives. Los tambores suenan, los colores de los trajes de la reina doncella son hermosos, la música que invita a ver las siluetas mientras el pueblo vive canta y ríe.

A pesar de mi malestar, hoy estoy agradecida por estar viva y tener amor de todos, por el placer de escuchar buena música, de contemplar una flor y dejar correr una lagrima por mi mejilla. Te recuerdo en este tibio día mientras cantan la calandria y el zorzal, dando alegría a la vida que es hermosa.

Raquel Seltzer

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