Yo Digo

OBRAS DE ARTE

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Siempre fui una admiradora de las obras de arte. De niña contemplaba absorta un cuadro pintado al oleo por el padre de mi tío Isaac. Tenía un fantástico jarrón, lleno de flores blancas, que decoraba la habitación en la cual mi tía Ester tocaba hermosas melodías en su piano mientras yo la escuchaba embelesada.

También disfrutaba de las visitas al Museo de Bellas Artes, vecino a la Facultad de Derecho –aquí estudié- y pude visitarlo en varias ocasiones, siempre recorriendo nuevas salas. Recuerdo especialmente la exposición de pintura moderna de Cezanne a Miro, que me impactó por su belleza y originalidad. Se organizó en 1968 y fue una de las exhibiciones más recordadas de la historia del Bellas Artes.

Beatriz, fuiste y eres muy buena compañera y abogada. Te conocí por intermedio de mi hermana y estudiamos juntas Derecho. Nos pasábamos recetas de cocina y cantábamos juntas, caminábamos por Buenos Aires y no nos importaban las inclemencias del tiempo. Hace tiempo que no hablo contigo pero aun siento un gran afecto por vos. y sé que algún día nos volveremos a encontrar.

Ahora recuerdo un hermoso lugar. Estuve allí cuando fui a visitar algunos sitios próximos a mi hogar, como un teatro chino y una exposición de cuadros. Qué bella explosión de colores, las pinturas hechas a mano sobre las paredes eran hermosas y me llevaban a recorrer mundos de ensueño que nunca podré olvidar.

Pese a que no conozco todas las provincias argentinas, quedé impactada por varias. En Neuquén visité el Valle Encantado, con sus figuras erosionadas por el viento y la lluvia a lo largo del tiempo. Había curiosas formas: me acuerdo, sobre todo, de la figura conocida como El Dedo de Dios. En esta provincia además conocí el albergue universitario Inacayal, en la hermosa localidad de Villa la Angostura, al pie del Cerro Bayo y a la orilla del lago Nahuel Huapi, con la belleza de su Bosque de Arrayanes.

En Córdoba disfruté de los valles de Punilla y Calamuchita, sus sierras y sus cascadas, que asemejaban a caídas de lluvia plateada. Quisiera poder volver a Cosquín, a su festival de folklore. Quisiera poder ir a la roja tierra de Misiones, tomar el tren de trocha angosta en Esquel, o volver a escuchar el ruido de las olas del mar y contemplar la belleza de la caída del sol bajo el horizonte.

Raquel Seltzer

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