La Autopista del Sur es un cuento de Julio Cortázar que relata lo que sucede en un embotellamiento de vehículos. También aquí, en mi adorado país, lamentablemente sucede lo mismo como consecuencia de diferentes protestas. Todos tenemos derecho a reclamar por lo que consideramos justo, pero recordando siempre que el derecho de uno termina donde empieza el derecho del otro.
Ayer fui feliz. Pude escuchar versos leídos por una artista, Virginia Lago. Pude contemplar a Marta Minujin y su casamiento con el arte. Hay que tener algo de su locura creativa para tratar de comprender sus impactantes obras, con sus maravillosos colores y deslumbrante expresividad. Ella es genio y figura para siempre.
¿Por qué existe la guerra? ¿Por qué la ineficacia de los organismos internacionales? ¿Por qué la gente buena debe morir? La Blitzkrieg -la guerra relámpago- se lanzó hace muchos años. Los civiles no tienen la culpa… Además el derecho internacional es violado constantemente.
“Sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente”, dice una famosa canción. Y ojalá que este flagelo acabe muy pronto. Nada más pido salud y amor para los míos y paz para el mundo. Cada vida es única, distinta. Todos nos merecemos vivir sin sobresaltos y disfrutar cada momento con la ilusión renovada. Cada día.
¿Qué se escucha en los medios en estos días? Comentarios, reseñas, imágenes de la contienda bélica, de la invasión de un país a otro. Hace tiempo, estuve muy cerca de la horrible explosión causada por un atentado terrorista. Me salvó Dios. También allí todas fueron víctimas inocentes de la locura y el delirio de los que hoy creen que pueden quitarle la vida a un ser humano por el mero hecho de tener otra religión o ideología. Es verdad que la guerra existe desde que el mundo es mundo, pero eso no me consuela y ver a la gente huyendo desesperadamente, me produce una enorme angustia.
Llueve, por fin llueve en la ciudad, y gracias a Dios también en Corrientes, donde hubo una tragedia y una devastación que tardará años en recuperarse… Aunque finalmente volverán los brotes verdes y la vida renacerá.
Raquel Selzter